Revelaciones
Te encontrabas en la
cama. Te pusiste los anteojos mirando alrededor. Eran las seis de la tarde. Te
preguntaste que hacías a esa hora en la cama. Te tomó unos momentos recordar lo
que había sucedido. Cuando lo hiciste, inmediatamente examinaste tus manos.
Lucían normales. Nerviosa palpaste detrás y te exhalaste fuertemente con
alivio. No había cola. Tu miopía había vuelto a la normalidad también. Estabas
convencida de lo que pasó fue simplemente un loco sueño hasta que sentiste los
bigotes en tus mejillas.
—¡UMMA!
La escuchaste llegar
rápidamente a tu dormitorio, donde abrió la puerta a los pocos segundos.
—¡JooRi-ah! —lloró e
inmediatamente te sostuvo entre sus brazos. Finalmente te dejó ir y tomó tu
rostro entre sus manos—. ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?
—¿Qué me está pasando? —preguntaste.
Entonces, un hombre alto entró en tu cuarto. Lo observaste sorprendida, no lo
conocías. —Umma, ¿quién es él? —preguntaste a tu madre.
—¿Cómo te sientes? —preguntó
el hombre. Tu madre se alejó para que él pudiese acercarse a ti. Tomó tu mano y
chequeó tu pulso.
—Umma, ¿quién es él? —preguntaste
más desesperada.
—No te preocupes,
JooRi-ah. Es un amigo—aseguró tu madre. Ella parecía confiar en el hombre.
—¿Eres un doctor? —le
preguntaste.
—Sí—respondió
cortésmente, entregándote una sonrisa. Lo miraste con recelo. Se veía demasiado
joven para ser un doctor. Parecía estar alrededor de sus veintes. También
notaste, a pesar de tu condición, que era realmente guapo.
—¿Entonces, que está
mal conmigo, doctor? —preguntaste, pero no contestó. Volvió a chequearte el
pulso y te quitó los anteojos—. ¿Puedes verme claramente?
—No—respondiste. Volvió
a colocarte los anteojos.
—¿Cómo está tu
audición?
—Puedo oírte muy bien.
—¿Y los otros sonidos?
Le viste sorprendida al
notar que parecía saber lo que estaba sucediendo. —No puedo oírlos ahora.
—Y tu cuerpo, ¿sientes
algo extraño?
—Siento bigotes en mis
mejillas y estoy muy segura que puedes verlos también—respondiste algo áspera.
—¡JooRi-ah! —te
reprimió tu madre. Te sentiste un poco culpable pero estabas cansada de tantas
preguntas. Querías ir directamente al punto.
—Dime que está mal
conmigo. ¿Es alguna clase nueva de enfermedad? ¿Hay alguna cura? ¿Volveré a la
normalidad?
El doctor miró a tu
madre, mientras ella te observaba con una expresión que no entendías.
—Nada está mal contigo—dijo
el doctor—. Todo lo que te está ocurriendo es normal.
Lo miraste
boquiabierta, como si fuera alguna especie de alíen. Sacudiste la cabeza y
rascaste tus oídos con los dedos, solo en caso de haber escuchado mal. – Lo
siento. Pero creo haber escuchado que lo que tengo es normal.
—Me has escuchado bien.
Todo es perfectamente normal. —El doctor sonrió. Lo observaste con la mirada
vacía y tu boca abierta.
Finalmente pudiste reaccionar.
—Umma, creo que esta persona está loca.
—Lo que digo es verdad.
No estoy loco—dijo, riendo un poco—. Para humanos ordinarios no es normal, por
supuesto. Pero para ti sí lo es, porque no eres humana.
—¿Huh?
—Eres un monstruo, como
yo—respondió sonriendo.
Lo miraste incrédula y
giraste hacia tu madre. —Te lo dije, está loco.
Él solo sonrió y
dirigió su mano hacia ti. Te sorprendió, por lo que te moviste lejos por
impulso.
—¿Qué estás haciendo? —preguntaste,
colocando a Tororo entre ambos, en modo de defensa.
—Mira—dijo. Vacilaste,
pero al final lo observaste. Al principio nada sucedió. Pero lentamente un
pelaje naranja fue apareciendo en su lisa mano, al igual que garras largas y
filosas. Lo miraste con ojos exageradamente abiertos hasta que la transformación
volvió a su estado original. Él continuó sonriendo y mirando tu expresión—. ¿Me
crees ahora?
Continuabas mirando su
mano sorprendida.
—¡Eres un monstruo! —reaccionaste
al fin.
—Eso es lo que te dije—carcajeó—.
Y tú también.
—Espera. ¡NO! —dijiste
finalmente, mirándolo al recuperarte del shock—. No puedo ser un monstruo. ¡Es
imposible! Quiero decir, ¿acaso los monstruos existen realmente?
Te miró, como diciendo:
acabo de mostrarme como uno.
—Está bien. Pregunta
estúpida. Pero entonces, soy humana. Mis padres son humanos.
—JooRi-ah, hay algo que
necesitas saber—tu madre dijo, sosteniendo tu mano. Sonaba triste y nerviosa,
lo que te hizo sentir algo asustada—. Es verdad que soy humana, pero tu padre…
no.
—¿Q-qué?
—Él era un monstruo. Al
principio no lo sabía, pero finalmente aprendí que era su verdadera naturaleza,
igual lo amaba demasiado como para dejarlo ir. Cuando naciste, esperaba que
algo como esto pasara, pero creciste como cualquier otra chica humana normal,
creí que mi sangre era lo suficiente poderosa como para bloquear todas las
cualidades de los monstruos que pudiesen provenir de él. Pero necesitas
entender, JooRi-ah, no hay nada malo con ser un monstruo. Ellos… tú, eres mucho
más humana. La única diferencia es que los monstruos son más poderosos. Pero
para ser bueno o malo, todo depende de una decisión.
Continuaste mirándola
fijamente, no muy segura de poder tomar toda esa nueva información que reveló
acerca de ti.
—Tu padre era un
felino, como tú—dijo el doctor.
—¿Qué es un felino? —preguntaste.
—Felinos son monstruos
con características de gatos. Tu padre era un cuarto felino y tres cuartos
humanos. Eso significa que un octavo de tu sangre es de monstruo. Solo un
octavo de ti es un monstruo.
—Espera, ¡espera! ¡Esto
es tan loco! N-no creo en esto. Solo no puedo…—dijiste masajeando débilmente tu
sien. Todo lo que te dijo era tan increíble y bizarro que era difícil
procesarlo.
—JooRi-ah, sé que esto
es demasiado para ti. Lamento habértelo dicho tan tarde. —Tu madre se veía culpable.
Estaba llorando ahora. No estabas lista para verla llorar, eso rompió tu
corazón.
—Oh, Umma. No llores.
No es tu culpa. —La abrazaste.
—Deseaba… deseaba que
pudieras tener una vida normal. Lo siento tanto, JooRi-ah. —Lloraba con
remordimiento.
—Umma, no te disculpes.
No es tu culpa. —Intentabas reconfortarla. El doctor solo se sentó ahí,
mirándolas. Cuando tu madre se calmó, te giraste hacia él—. ¿Doctor?
—¿Sí, señorita Song?
Inconscientemente
tocaste los bigotes en tu cara. —¿Volveré a ser normal?
—En realidad, tu forma
de monstruo es tu forma real. Pero si preguntas por si volverás a tu apariencia
humana, será dentro de unos días.
—¿Días? ¡Pero tengo que
ir a la escuela!
—Tu naturaleza
monstruosa acaba de despertar, luego de ser reprimida durante largo tiempo.
Este tardío desarrollo es común en personas que tienen parte humana. Continuará
evolucionando por los próximos meses, incluso años, todo depende de cómo tu
cuerpo reaccione ante ellos. Pero psíquicamente, tendrías que acostumbrarte
pronto. Solo imagina que parte de ti acaba de nacer. Lo de hoy solo serían
dolores del nacimiento. Deberías estar bien en unos días. Estoy seguro que hay
muchas cosas que te gustaría saber. Puedes preguntarme y contestaré lo que
pueda.
No mirabas nada en
particular, pensando. Tu cabeza dolía por todo lo que se estaba cruzando por
ella. No estabas segura si podrías soportar más revelaciones.
Bien.
Recapitulemos. Esta mañana pensé que me había transformado en alguna clase de
monstruo y este hombre, que también es un monstruo, está diciendo que yo me
transformé en un monstruo porque soy uno y mi madre me acaba de decir que mi
padre era un monstro, lo cual explica porque soy parte monstruo. Frotaste
tus sienes intentando que tu cerebro pueda asimilar todo. Genial. Algo más de estas cosas de monstruos y le diré adiós a mi
salud mental. Entonces, hay solo una cosa más que tengo que saber.
—¿Qué me sucederá
ahora? —preguntaste.
—JooRi-ah—fue tu madre
quien respondió—, por ahora necesitas descansar.
—¿Y después de eso? —Viste
a tu madre observar al doctor inquieta—. ¿Mi vida volverá a ser normal?
—Cuando estés bien,
irás a otra escuela—dijo.
—¿Seré transferida? ¿Por
qué? ¿No puedo quedarme en la misma escuela? Estamos a la mitad del primer
semestre.
—Temo que deberá ser
transferida, señorita Song—contestó el doctor—. Como le dije, tu naturaleza
monstruosa se está desarrollando, por lo que será muy difícil controlarlo. Te pondrás
en una situación difícil si accidentalmente expones tu verdadera naturaleza a
los humanos a tu alrededor. La escuela a la que serás transferida, es una para
gente como tú. Te ayudaremos y enseñaremos todo lo que necesitas saber para
adaptarte a tu nueva condición y poder vivir en paz con los humanos.
—Para aclararlo, ¿iré a
una escuela repleta de monstruos? —Eso era más una declaración que una
pregunta.
—Sí—contestó—, es una
escuela solo para monstruos.
Te hundiste en la cama,
extrañamente exhausta.
Una
escuela para monstruos. Jaja. Realmente me volveré loca.
Soltaste una carcajada
sardónica. En menos de doce horas, tu vida cambió dramáticamente. Ese día se
sentía como si fuera una loca broma. Parte de lo que querías pensar era que
leías muchos manhwa y todo era producto
de tu loca imaginación.
—¿Estaré bien ahí? —preguntaste
finalmente.
—Por supuesto—el doctor
sonrió—. Sé que suena extraño, pero será muy interesante y será muy divertido.
Interesante
quizás, pero ¿divertido? Dios, ayúdame.
Esta genial, esperaré hasta el próximo capítulo :))
ResponderEliminarMuchas gracias! Acabo de publicar el tercero, para que lo lean!
EliminarPor favor, si puedes compartelo!!