El Cumpleaños Sorpresa de SuHo
—¡Levántate…
ya… ya, levántate!
—¡¿Uh,
uh, huh?! —murmuraste incoherentemente levantándote de golpe de la cama.
Entreabriste los ojos y viste la sombra de alguien parado junto a la cama. No
podías ver quién era al no usar tus anteojos. Los buscaste, pero no los
encontrabas.
—Aish.
Toma. —Escuchaste a la otra persona decir mientras te alcanzaba algo. Su voz
sonaba bastante familiar.
Tomaste vacilante lo que te alcanzaba hasta darte cuenta que
eran tus anteojos. Rápidamente te los
pusiste y lo miraste. —¿LuHan? —murmuraste con confusión—. ¿Por qué estás…?
—¿Cuánto
planeas dormir en mi cama? —sus manos estaban en sus caderas y sostenía un
papel enrollado, el cual había estado usando gritar en tu oído antes.
—¿Tu
cama? —murmuraste en blanco. Lanzaste una mirada a la cama y a todo alrededor.
Entonces te diste cuenta que no estabas en tu cuarto. —¿Cómo llegué aquí?
—murmuraste para ti mirando la cama. La última cosa que recordabas era que ibas
a tomar un descanso, pero estabas muy segura de que habías quedado en el suelo.
Miraste a LuHan interrogante. Él solo estaba parado ahí usando una expresión
difícil de leer. Entonces recordaste que no le gustaba que nadie estuviese
sobre su cama.
—¡Oh,
lo siento! —exclamaste, y literalmente saltaste fuera de su cama. Tus ojos se
ampliaron al ver la hora—. ¿En verdad ya son las diez de la mañana? ¡Espera!
Entonces… ¿dormí aquí?
—¿Qué
crees? —fue todo lo que LuHan respondió.
¡Mierda!
—¿Dónde
están Lay y SeHun? —preguntaste.
—Fuera.
—Bueno,
entonces me iré. Si los ves, diles que lo siento —dijiste y caminaste hasta la
puerta. Te pusiste los zapatos con rapidez y saliste.
¡Omo! ¡¡¿Cómo pude
pasar toda una noche en un cuarto repleto de chicos?!! ¡Incluso desperté tarde y estaba en la cama
de alguien más!
Pasaste junto a unos alumnos que caminaban por el pasillo.
Inclinaste levemente la cabeza y esperaste cubrir tu cara con tu flequillo ya
que ellos te miraban. Basándote en su expresión, podías imaginar en que estaban
pensando y debían estar preguntándose con quien habías dormido. Rápidamente
subiste al elevador tan pronto como se abrió y para tu mala suerte, había más
estudiantes en él.
¡Mierda!
—Ella
es una nueva cara por aquí. ¿Qué chica piensas que es? —uno susurró a su amigo,
aunque podías oír cada palabra que decía.
—No
lo sé. Pero se ve familiar —contestó su amigo en otro susurro.
—Sí…
Ey, ¿no es ella la Clase D?
—¿Qué…?
¿En serio? —exclamó el otro chico y ambos intentaron verte desde un mejor
ángulo. Para tu alivio, el elevador se abrió y saliste corriendo, todo el
camino hasta el dormitorio de las chicas. Soltaste un suspiro esperando el
elevador. Esperabas que nadie más te hubiese visto salir del dormitorio de los
chicos o te causaría más problemas.
—¿Hmm?
¿LuHan? —dijo una chica que estaba también esperando el elevador.
—¡¿Dónde?!
—preguntó su amiga.
La primera comenzó a oler el aire. —Puedo olerlo. Está muy
cerca.
Su amiga comenzó a mirar alrededor. —No lo veo por ningún
sitio. ¡Aish! Debe ser tu imaginación. Debes haberte vuelto loca por él.
—Supongo
que tienes razón —rió entre dientes.
Wow. Los monstruos son
geniales. Y escalofriantes.
¡Ding!
Subiste a él y te quedaste en la esquina.
—Sexto,
por favor —dijo la chica, ya que estabas cerca de los botones.
—Oh,
bien —murmuraste y presionaste el seis.
—Gracias.
Ey, ¿no eres la Clase D? —preguntó.
—Uh,
sí —contestaste.
—Oh
—murmuró estudiándote con su amiga desde la cabeza hasta los pies, como si se
supusiera que debía encontrar algo inusual en ti—. Casi como un humano —murmuró
y volvió a charlar con su amiga.
Comenzaste a ver los números de los pisos incómodamente.
—Ey,
en verdad puedo oler a LuHan —dijo la chica después de un rato.
—¿Estás
segura? Estamos en el elevador, y como puedes ver, no está aquí. —Rió su amiga.
—No,
no puedo estar equivocada. Es su esencia —dijo firme.
—¿Pero
cómo puede estar aquí? —preguntó su amiga comenzando a oler, hasta que sus ojos
se posaron en ti. También la miraste con confusión, luego en shock, al darte
cuenta que la esencia de LuHan debía salir de ti, ya que habías dormido en su
cama. Las chicas estaban ahora mirándote con una mezcla de sorpresa, confusión
y violencia. Tu corazón latió con fuerza en tu pecho, no podías hacer nada más
que devolverles la mirada.
¡Ding!
Las puertas del elevador se abrieron en tu piso y
literalmente corriste. Diste un suspiro de alivio empujando la puerta de tu
cuarto.
¿Se habrán dado
cuenta?
Ingresaste a tu cuarto y JiMin estaba sentada en su cama con
sus brazos cruzados, usando una expresión que daba miedo.
—Buen
día, JiMin —saludaste avergonzada.
—Cuando
dije que te tomases tu tiempo, no quise decir que estuvieses toda la noche en
el cuarto, eres una chica traviesa, traviesa —dijo, y sonrió como una
psicópata.
—No
es lo que piensas. Me dormí —explicaste.
—¡Aish!
Está bien, dime la verdad. No necesitas ser tímida —rió, golpeando tu hombro.
—No,
en serio. Me dormí y desperté sobre la cama de LuHan esta mañana.
—¡¿Dormiste
con LuHan?! —jadeó, en un notable tono extasiado.
—¡No!
¡No estaba ahí! Quiero decir, que estaba ahí, pero no en su cama.
—Pensé
que dijiste que estabas dormida. ¿Cómo sabes que no durmieron juntos? —Te
pinchó con el dedo.
—Era
la única sobre ella cuando desperté esta mañana, o al menos cuando LuHan me
despertó —le contaste.
—Es
una linda forma de despertar —sonrió.
—No
en realidad —contestaste agriamente al recordar cómo había gritado en tu oído—.
Como sea, me iré a duchar, luego iré a los vestuarios del equipo para ayudar
con los preparativos. ¿Te veo en el almuerzo?
—Bien
—contestó.
Después de limpiar lo más que pudiste la esencia de LuHan,
te dirigiste hacia los vestuarios. Podías oír las fuertes voces de los chicos
incluso antes de que llegases a la puerta donde sonidos de arrastre y golpes se
escuchaban. Tocaste y todo se volvió inusualmente silencioso. Esperaste por
unos instantes antes de que alguien abriese la puerta, aunque sólo un pequeño
espacio.
—Oh,
JooRi, eres tú —suspiró BaekHyun—. Chicos, es JooRi —gritó a los otros y los
ruidos continuaron.
—Hola.
Vine a ayudar. Perdón por llegar tarde —dijiste.
—¡Ella
no puede, hyung! —Pudiste escuchar la voz de SeHun desde dentro.
—Sí.
Gracias, JooRi, pero no podemos dejarte —dijo BaekHyun.
—¿Por
qué?
—Está
un poco desordenado aquí.
—No
me importa.
—En
realidad, no un poco sino muy
desordenado. ¿Cómo podemos dejar que una chica vea esto? —Un ChanYeol sin
camisa apareció tras BaekHyun.
Ya vi esto,
pensaste astutamente.
—¿Qué
estás haciendo? ¡Ponte una camiseta! —gritó BaekHyun a ChanYeol, empujándolo fuera
de tu visión.
—Te
veo luego, JooRi —dijo ChanYeol y desapareció dentro.
—Puedes
ir a ayudar a D.O. y Lay hyung. Ellos están en el club de cocina —te dijo
BaekHyun.
—Está
bien. ¿Pero están seguros de que no necesitan mi ayuda?
—¡Sí!
—Bien.
Los veo luego, chicos. —Hiciste una pequeña venia y te dirigiste a la cocina.
Fácilmente la encontraste. Aunque tenía grandes ventanales,
los vidrios estaban polarizados y la puerta estaba bloqueada. Golpeaste
suavemente y la puerta se abrió unos momentos después, revelando a un lindo
Lay. Tenía un delantal y un batidor en una de sus manos.
—Oh,
¡hola, JooRi! —te saludó.
—Hola.
Los chicos no me quisieron dejar entrar en los vestuarios, así que, ¿necesitan
ayuda?
—Justo
a tiempo —contestó Lay y te dejó pasar.
—Hola
D.O. shi —le saludaste. Él estaba sentado frente a la mesada, cortando algunos
vegetales.
—¿Por
qué sigues llamándome por el “shi” mientras solo llamas a los demás por sus
nombres? —fue la respuesta.
—Oh.
Lo siento. Es sólo que eres… —Fuiste apagando tu voz, sin estar segura de como
escoger las palabras.
—¿Qué?
—preguntó, viéndose tan serio como siempre lo hacía.
—Creo
que ella está algo asustada de ti, como el resto, D.O. ah —rió Lay.
—¿Qué?
—volvió a preguntar D.O.
—Jejeje.
Eres un poquito intimidante —le
dijiste.
—¿Por
qué estarías asustada de mí?
—Bueno,
te ves algo tenebroso —contestaste.
—¿Por
qué me veo tenebroso?
—Es
porque raramente sonríes y siempre usas esa expresión seria en tu rostro —le
dijo Lay —. Sigo diciéndole que debe sonreír más seguido —te dijo a ti.
—Es
como normalmente me veo. No hay nada que pueda hacer con eso —dijo D.O. y
volvió a lo que estaba haciendo.
—¿Ves?
—dijo Lay.
—Entonces,
¿cómo puedo ayudar?
—¿D.O.,
necesitas ayuda? —preguntó Lay.
—No
necesito ayuda por ahora, quizá más tarde —contestó.
—Genial,
porque yo sí. Ven conmigo, JooRi —dijo Lay y caminó hacia la otra esquina donde
había extendidos algunos materiales de cocción—. Estoy haciendo el relleno y el
glaseado para el pastel. Así que necesito que alguien haga la masa. ¿Puedes
ayudarme?
—Seguro.
Pero debo avisarte primero, nunca intenté hornear algo antes —contestaste.
—Está
ben. En realidad es muy fácil. Y yo te instruiré —te sonrió—. También necesito
ayuda para el diseño.
—Bien.
No hay problema.
Comenzaste a mezclar los ingredientes para la masa de base
bajo la atenta mirada de Lay, quien también preparaba el glaseado y el relleno.
—Espera,
¿por qué esto se ve tan… espeso? —murmuraste. Había grandes grumos en la mezcla
los cuales no se iban a pesar de que seguías batiendo con fuerza los
ingredientes dentro del bol.
—Eso
es porque lo estás haciendo mal —rió Lay y se colocó detrás de ti—. Déjame
mostrarte.
Tus ojos se abrieron cuando de repente viste sus brazos a
ambos lados de tu cintura. Por un momento realmente pensaste que iba a darte un
abrazo, pero su mano izquierda tomó el bol mientras que tomó la tuya con la
otra.
—Hazlo
así —dijo, moviendo tu mano de forma circular, su cálido aliento se sentía en
tu cuello cuando hablaba. Estaba tan cerca.
¡Tan cerca!
Tus rodillas fallaron ante el pensamiento de que estabas
prácticamente atrapada entre sus brazos, y tus sentimientos se arremolinaban en
confusión debido a su cercanía. Si te hubieses dejado abrumar por todas esas
emociones dentro de ti, estabas segura de que realmente habrías caído. Tan solo
esperabas que tus manos no temblaran tanto como tus rodillas. Y si lo hacían,
tan solo esperabas que él no lo notara.
—Sólo
sigue batiendo así hasta que los grumos desaparezcan —dijo y finalmente te
soltó.
—B-bien
—tartamudeaste y secretamente suspiraste.
Finalmente terminaste con tu tarea y procediste a ayudar a
D.O. a rebanar cosas mientras él cocinaba lo que parecía espagueti.
—Asegúrate
de no cortarte —te dijo D.O., aunque no sabías si era debido a la preocupación
o porque no quería oler tu sangre.
ChanYeol llegó un rato después, llenando el cuarto con su
voz fuerte.
—¿Por
qué estás aquí? —preguntó D.O.
—XiuMin
hyung me dijo que viniera, en caso de que necesitaran ayuda para llevar la
comida al vestuario —dijo ChanYeol mientras literalmente saltaba por todos
lados para chequear lo que cada uno cocinaba.
—D.O.
ah, ¿por qué hay tantos vegetales? —gimoteó ChanYeol inspeccionando uno de los
platos.
—La
carne es muy cara. Necesitamos ahorrar en eso si queremos muchos platos
—contestó D.O.—. Además, ustedes necesitan comenzar a comer más vegetales.
—¡Eres
un vampiro! ¡No deberías estar diciendo eso! —se quejó.
—Los
vegetales son buenos —le dijiste.
—Eso
sólo aplica en humanos. Los humanos son raros con lo que necesitan —dijo
ChanYeol.
—¿Entonces
los monstruos no comen vegetales? —preguntaste.
—Sólo
ChanYeol. No creas todo lo que diga —rió Lay.
—¡Pollo!
Amarán esto. Especialmente Kai —dijo ChanYel abriendo un contenedor repleto de
pollo frito.
—¡Ya!
—gritó D.O. cuando vio a ChanYeol sacar dos piezas, pero este rápidamente
corrió antes de que D.O. pudiese alcanzarlo—. ¡Si nos quedamos sin comida te
comeré a ti! —amenazó.
—Eso
es repugnante —balbuceó ChanYeol masticando el pollo.
—¿No
tenemos mucha comida ya? —preguntaste.
—Esto
—dijo D.O. refiriéndose a todo lo que habían estado preparando, lo cual podría
alimentar a la mitad de tu clase—, no es suficiente para sus grandes estómagos.
¡Ding!
—El
pastel está listo —dijo Lay yendo hacia el horno y sacando el pastel.
—Terminaré
en un momento —dijiste y te apuraste a cortar los vegetales—. ¡Ow! —murmuraste
al cortarte el dedo.
—¿Estás
bien? —preguntó ChanYeol tomando tu mano sangrante. Lay y D.O. también
corrieron a tu lado.
—Es
solo un pequeño corte —les dijiste. Te dirigiste al fregadero para lavarlo.
—¡Aish!
Te dije que no te cortaras —dijo D.O. mientras se cubría la nariz.
—Lo
siento —dijiste—. ¿Eres siempre tan sensible a la sangre?
—No.
Pero ya te dije que tu sangre huele diferente.
—¿Qué
quieres decir? Yo creo que huele normal —dijiste, oliendo la sangre en tu dedo.
—Huele…
bien —dijo inquieto D.O.
—Cuando
dices bien, creo que te refieres a comida —preguntaste, también sintiéndote
inquieta.
—Sí.
—Pensé
que a los vampiros no les gustaba la sangre de monstruos.
—Es
verdad. Pero tú hueles mucho más como un humano. Y no solo eso, también se
huele algo más —dijo.
—¿Algo
más, cómo qué?
—Quizá
tiene algo que ver con la sangre de monstruo en ti, pero entonces los vampiros
técnicamente odian la sangre de monstruos, así que no estoy muy seguro. Pero
deberías tener cuidado. Hay algo en tu sangre que es diferente. Estoy seguro de
que quienes te olieron ya lo notaron —explicó.
—Sí,
lo hice. También Kai —intervino Lay.
—Y
es el más tentador… aroma que alguna vez sentí —continuó D.O.—. No lo hice y
tampoco pienso lastimarte porque eres mi amiga, y he aprendido a controlar mi
sed de sangre. Pero no todos los vampiros son como yo. Y puedo asegurarte, los
vampiros no son los únicos monstruos que se alimentan de sangre.
Te quedaste junto al fregadero, mirando a D.O. en blanco
intentando procesar lo que había dicho.
—Pero
no te preocupes, JooRi. Si te metes en problemas no desesperes y llámanos —dijo
Lay y te palmeó el hombro tranquilizadoramente—. Mientras tanto, déjame curar
eso.
Lay sacó un bandita de su bolsillo y lo colocó alrededor de
tu dedo.
—¿Cómo
es que tenías eso a mano? —preguntó ChanYeol.
—Compré
un paquete ayer cuando JooRi lastimó su rodilla. Decidí cargarlas siempre por
si llegaba a necesitarlas. Además, JooRi parece lastimarse mucho. Y creo que
tenía razón —rió Lay.
—JooRi,
eres realmente torpe —te dijo ChanYeol.
—¡Ya!
No soy tan así. —Frunciste el ceño—. Pero siento siempre causarles problemas.
—No
lo haces, no necesitas disculparte —dijo Lay, palmeando tu cabeza.
Lay y tú diseñaron el pastel con la ayuda destructiva de
ChanYeol. Tenía una cubierta de chocolate, aunque la parte superior estaba
cubierta con glaseado verde simulando ser la cancha de fútbol, o al menos eso
suponía que parecía, pero ChanYeol había conducido el color a un feo verde moco.
Los tres rápidamente almorzaron rápidamente de la comida que
D.O. había hecho, la cual era sorprendente deliciosa y volvieron al trabajo.
Finalmente, toda la comida estaba terminada. ChanYeol llamó a BaekHyun, XiuMin
y SeHun para que ayudaran a cargar todo a los vestuarios. Se aseguraron de intentar
no llamar demasiado la atención o peor, cruzarse con SuHo en el camino.
—Asegúrate
de no tropezar —bromeó ChanYeol, ya que llevabas el pastel el cual Lay había
guardado dentro de una caja. Los vestuarios estaban extrañamente tranquilos
cuando llegaron. Pensaban que los chicos ya habían terminado de preparar. La
puerta fue abierta con un Kai empapado con sudor, quien se veía extrañamente
más atractivo.
—¡La
comida está aquí! —gritó a los demás abriendo la puerta.
—¡WAH!
—chillaste cuando tropezaste con algo sobre el suelo, pero Kai te sujetó por la
cintura justo a tiempo.
—¡El
pastel! —dijiste con pánico al darte cuenta que ya no estaba en tus manos. Kai
te mostró la caja y sonrió. Suspiraste, y te preguntaste como Kai había podido
sostener el pastel antes de que cayera. Pero nuevamente, es el mundo de los
monstruos y todo es posible.
—Aigoo,
JooRi. Te dije que no cayeras —dijo ChanYeol.
—Me
tropecé con esto —te defendiste, mostrando un balón que levantaste.
—¡Entonces
ahí estaba! Me preguntaba donde había ido —dijo SeHun y puso la comida que
cargaba en el suelo. Tomó la pelota y la puso dentro de su casillero.
Viste a LuHan en una esquina, y te retorciste con vergüenza
al recordar que habías dormido en su cama la noche anterior.
—¿Qué?
—preguntó crudamente, levantándote una ceja.
—¡Hmph!
—Frunciste el ceño y pasaste de él.
—Molesto
oso canoso —escuchaste que murmuró pero decidiste tan solo ignorarlo.
—Hola,
entrenador —saludaste cuando notaste que YunHo estaba también ahí.
—Hola,
JooRi —dijo él.
Kai dejó el pastel sobre un grupo de mesas que habían
organizado en el centro.
—¿Es
una mesa de ajedrez? —preguntaste al notar los cuadrados blancos y negros en la
superficie.
—Sí.
No pudimos traer las mesas de la cafetería ya que es fin de semana y la gente
por lo general se queda ahí, así que pedimos prestado al club de ajedrez
—explicó YunHo.
—¡¿Qué
es lo que hicieron?! —gritó D.O. de repente con las manos sobre sus caderas. La
atención de todos se dirigió a él. Estaba usando una expresión amarga mientras
miraba el cuarto—. ¡Estuve muy ocupado cocinando pero no podía confiar en que
alguno de ustedes ordenara apropiadamente este lugar!
—¡Pero
lo hicimos, hyung! —dijo SeHun.
—¡Dejar
todo en una esquina no es limpiar! —dijo, señalando. Seguiste la mirada de D.O.
y encontraste que tenía razón. Los chicos habían dejado todas las cosas del
vestuario en un cúmulo en una esquina. El cuarto también estaba descuidadamente
decorado.
—Pero
en los casilleros no entraba nada más —razonó SeHun.
—¿Quién
dijo que pusieran todo allí dentro? —resopló D.O. y le dio una mirada acusadora
a XiuMin, quien estaba a cargo de la limpieza.
—Intenté,
pero ellos no escuchan —dijo en su defensa.
D.O. marchó hacia la pila y furiosamente comenzó a desplazar
todo. —Incluso tienen el valor de invitar chicas aquí. ¡¿Cómo suponen que
comamos si el lugar huele a sudor?!
—Uh-oh,
se volvió loco —susurró ChanYeol escondiéndose detrás de ti. También notaste
como todos se movían a una distancia razonable de D.O. Incluso el entrenador
YunHo se quedó en una esquina en silencio.
—¡Fuera!
¡Todos ustedes! —dijo D.O. señalando la puerta.
LuHan fue el primero en salir, seguido por ChanYeol y
BaekHyun quienes intentaban esconder sus risas, y uno por uno, los demás
también salieron. Dudaste por un instante, considerando si debías ayudar o no a
D.O.
—Vamos
—dijo Kai, golpeando tu hombro.
—¿No
deberíamos ayudarle a limpiar? —preguntaste.
—Créeme,
no querrás estar en su camino justo ahora. No te preocupes, él puede con eso
—contestó.
Seguiste a Kai fuera donde todo el mundo discutía sobre
quien tenía la culpa del enojo de D.O.
—¿Estará
bien? —preguntaste.
—Lo
estará una vez el cuarto esté limpio —rió Lay.
—No
te preocupes por él. Explota así a veces, especialmente cuando ensuciamos. Es
un loco de la limpieza y el orden. El desorden y la suciedad le hinchan las
pelotas —te dijo BaekHyun.
Finalmente, después de casi una hora, D.O. abrió la puerta,
mirándose triunfantemente satisfecho.
Los vestuarios cambiaron para bien. Estaba limpio,
organizado, e incluso la decoración estaba propiamente arreglada. El lugar
también olía a lavanda y limón, lo cual supusiste era por algún desodorante que
D.O. tenía en su mano. Esperaste que él hubiese cubierto la comida antes de lanzarlo.
—Whoa,
D.O., eres realmente el mejor con esto —dijo YunHo, mientras golpeaba la
espalda del chico.
—¿Deberíamos
llamar a SuHo hyung? —preguntó SeHun.
—¡Esperen!
Tomen —dijo Lay dándole a todo el mundo las vinchas de animales.
—¡Wow!
¡Es asombroso! —exclamó ChanYeol, poniéndose el suyo con orejas de elefante.
—Como
si necesitaras unos. Tus orejas son naturalmente así de grandes —dijo BaekHyun,
poniéndose unas orejas de conejo.
—¡Tus
orejas son feas! —devolvió el disparo ChanYeol.
—¿Se
supone que esto es un ratón? —preguntó XiuMin colocándose una vincha con unas
orejas pequeñas y blancas.
—Creo
que es un oso polar —le dijiste.
—¿Lo
es? Creo que se ven como Mickey Mouse —dijo.
—Aquí
está el ratón —dijo Lay, sosteniendo unas de Mickey Mause—. D.O. pensó que le
iría bien a SuHo.
—¿Puedo
tener las de tigre? —preguntó SeHun.
—No,
son para el entrenador YunHo —contestó Lay.
—¿Tengo
unas también? —dijo felizmente el entrenador, aceptando las orejas de tigre.
—Aquí
están las tuyas, SeHun ah. —Lay le tendió unas con cuernos de jirafa—. D.O.
dijo que estás creciendo tan rápido que pronto pasarás a ChanYeol como la
jirafa del equipo —rió Lay.
—Al
menos son parecidas a las de LuHan hyung —dijo SeHun, mirando a LuHan, quien
tenía unos cuernos de ciervo. Se veía realmente lindo con ellas, aunque odiaras
admitirlo.
Maldito guapo demonio.
—¿Qué
hay de Chen? ¿Trajiste lo que te dije? —preguntó BaekHyun.
—No
pudimos encontrar vinchas de dinosaurio, así que trajimos de cabra —contestó
Lay, mostrándole la correspondiente—. Sigue siendo herbívoro.
—¿Por
qué Chen un dinosaurio? —preguntaste.
—BaekHyun
piensa que se ve como un dinosaurio —rió ChanYeol.
—¿D.O.
hyung, por qué eres un cerdo? —preguntó SeHun.
—Me
gusta —contestó simplemente D.O.—. No sabía que había reglas con las vinchas.
—Fuiste
tú el que las eligió —murmuró SeHun.
—Lay,
¿podrías explicarme qué se supone que eres? —preguntó XiuMin cuando Lay usó la
suya.
—Un
unicornio —sonrió.
—Te
ves extraño.
—¿Por
qué? Es lindo —contestó Lay.
Todo el mundo se congeló cuando escucharon la puerta tocar.
—¿Es
SuHo hyung? —preguntó ChanYeol.
—¡Apaga
las luces! —dijo BaekHyun.
—Chicos,
soy yo. —La voz de JiMin vino desde fuera. Ellos prendieron las luces
nuevamente y le abrieron a JiMin. Le diste una vincha de abeja.
—Llamemos
a SuHo hyung. La comida se enfría —dijo ChanYeol.
—Llamaré
a Chen —dijo XiuMin, mientras marcaba el número en su teléfono.
—Creo
que SuHo estará muy conmovido. Quiero decir, ustedes trabajaron duro por esto.
Cualquiera se sentiría muy especial con esta clase de fiesta sorpresa —le
dijiste a BaekHyun.
—Bueno,
él es especial. Es nuestro líder después de todo —te dijo él.
—Creí
que XiuMin era su capitán.
—Lo
es. Pero lo que quiero decir, fuera del juego. SuHo hyung es quien nos cuida.
Se fija que todos estemos bien. Y si alguno de nosotros tiene problemas, es bueno
dando aliento y siempre es el primero que te ayuda. O cualquiera de los
conflictos dentro del club, él siempre armará rápido una reunión para que los
miembros hablemos y lo arreglemos. Él es el único que nos mantiene unidos. Es
como una cariñosa y vieja madre —contestó BaekHyun.
—No
somos solo un equipo, JooRi, somos amigos. Y más que eso, somos una familia. Y
ahora, tú eres parte de esta familia —sonrió Lay.
—Chen,
estamos listos —murmuró XiuMin en su teléfono—. Puedes venir a los vestuarios
ahora… ¡¿Qué?! ¿Qué quieres decir con que los has perdido? ...¡¿Solo huyó?!
¿Por qué él…? Bien, lo llamaré.
—¿Qué
sucedió? —preguntó Kai.
—SuHo
está perdido. Dijo Chen que corrió y no puede encontrarlo —dijo XiuMin.
—¡¿Qué?!
—SuHo
realmente pensó que habíamos olvidado su cumpleaños y se enojó. Chen dijo que
lo último que dijo fue que no quería hablar con ninguno de nosotros —dijo
XiuMin a los otros, marcando el número de SuHo.
—Ya
sabía que eso podría pasar —murmuró Kai.
—No
contesta mis llamadas —dijo XiuMin después de un rato—. Entrenador, ¿por qué no
intenta llamarlo. Quizá le contesta.
—Bien
—contestó YunHo y comenzó a llamar a SuHo, pero después de un rato bajó el
teléfono—. Tampoco me responde —dijo a todos.
—Llamen
a Chen para que venga. Iré por SuHo —dijo LuHan y se dirigió a la puerta—. Hey,
oso canoso, vamos.
—¿Yo?
—Rápido
—dijo y salió.
Frunciste el entrecejo con molestia y confusión, y lo
seguiste.
—¿Podrías
ir más despacio? —gimoteaste. Estabas tropezando de vez en cuando, al intentar
seguirle el paso.
—Camina
más rápido. Eres muy lenta —contestó sin cambiar la velocidad.
—¡Aish!
¿Por qué tengo que ir contigo, de todos modos? —protestaste nuevamente.
—Para
hablar con SuHo en caso de que no quiera venir conmigo. Además, ¿no eres el
manager? Es tu trabajo.
—Bien.
Pero en serio, ¿podrías ir más lento? —protestaste de nuevo.
—Deja
de quejarte y camina más rápido —contestó.
¡Este despreciable
demonio!
—¡Mggh!
—gruñiste al chocar con su espalda cuando de repente frenó. Olió y sus ojos se
dirigieron al techo del edificio central. El sitio usual de Kai.
—Gatos
—murmuró infelizmente y se dirigió a ti—. Está allá arriba.
Ambos se dirigieron al techo y SuHo en efecto estaba allí.
Estaba sentado en el borde con sus pies peligrosamente colgando en el aire.
—Ve
—susurró LuHan y se quedó junto a la puerta.
—Creí
que hablarías tú primero.
—No
querrá hablar conmigo. Rápido —dijo y te empujó por el hombro ligeramente.
—Bien.
————————————————
SuHo se sentó en el borde de la terraza de la escuela. El
cielo estaba claro, el sol salpicaba tonos naranjas y amarillos en el azul y
blanco horizonte debido al tiempo que pasaba y la hora de la tarde. Era como
mirar una hermosa y enorme pintura, pero no podía apreciar la vista ante él. Su
corazón estaba perdido en algún lugar entre los sentimientos de tristeza,
decepción y, quizá, ira. Ese había sido uno de los días más dolorosos de su
vida.
Él nunca pensó que sus amigos, quienes eran muy queridos por
él y a quienes sentía como su familia, hubiesen olvidado su día especial. Para
ser honestos, tenía la real esperanza de una sorpresa o pequeña celebración al
menos. Ellos habían estado actuando extraño en día anterior, manteniéndolo
alejado de la mayoría de los miembros, susurrando entre ellos, limpiando en el
medio de la noche, algunos miembros no habían ido a la práctica y algunos
habían ido a solo Dios sabe dónde la noche anterior. Estaba seguro que sus amigos estaban
definitivamente tramando algo, pero pretendió no darse cuenta de nada ya que no
quería anticiparse a ninguna sorpresa que hubiesen preparado. Esa mañana,
despertó sintiéndose algo excitado solo para recibir un horrible buen día de un
despreocupado Chen y un aparentemente ocupado XiuMin, quien dejó la habitación
sin darle mucho más que una mirada. Él asumió que esa era parte del plan,
quizás ellos estaban pretendiendo haber olvidado su cumpleaños y le podrían
sorprenderlo más tarde. Eso era algo que uno solía ver en películas bastante
seguido, y definitivamente no caería en eso. Sin embargo, el horario del almuerzo
llegó y pasó, pero seguía sin haber
señal de una sorpresa. De repente había comenzado a dudar que había asumido
todo. El Consejo Estudiantil tampoco había mostrado alguna pista de haber
recordado su cumpleaños. Él decidió sonsacarle pistas a Chen intentando evaluar
sí era verdad que solo estaban pretendiendo no saber sobre su cumpleaños. Pero
Chen parecía haber olvidado realmente su cumpleaños e incluso preguntó porque
estaba lanzando todas esas preguntas extrañas. Finalmente soltó la pregunta más
obvia:
—¿Sabes
qué día es hoy?
Pero Chen, con una expresión aburrida, únicamente respondió.
—Sí,
domingo ¿Por qué?
Y eso fue todo. Se dio cuenta que nadie había recordado su
cumpleaños realmente. Le gritó a Chen, de puro impulso, algo sobre que lo
dejaran solo o algo por el estilo; no podía recordar claramente ya que no
estaba pensando y eso había sido honestidad pura de una explosión. Había
llegado a la terraza luego, ignorando las llamadas de Chen. Después de un rato,
el viento finalmente aclaró su cabeza, ¿o había sido solo la vista? No estaba
seguro. Y consideró que quizá había sobreactuado. En ese momento exacto,
algunos mensajes de sus amigos sonaron en su teléfono, reavivando su esperanza
de que no hubieran olvidado su día especial después de todo. Pero como sí que
lo hubiesen ignorado todo el día no hubiera sido lo suficientemente doloroso,
tocó fondo al leer los mensajes, solo le habían hablado para decirle que el
entrenador YunHo estaba organizando una reunión y necesitaba que estuviesen
todos los miembros.
Esto es demasiado,
pensó.
Una lágrima lentamente rodó por su rostro, y en pocos
segundos, muchas más la siguieron, mojando la orilla de las mangas al borrar
las lágrimas que seguían saliendo con ella. De repente, hubo un susurro en la
puerta y te vio acercarte. Rápidamente limpió su rostro secándola e intentando
no mostrar una cara seria, sino una sonrisa.
—Err…
¿SuHo? —lo llamaste dudosa.
—Oh,
hola, JooRi —saludó, intentando sonar lo más normal posible.
—¿No
es muy peligroso estar ahí?
—En
realidad, sí. Pero no caeré —rió, aunque fue una carcajada hueca—. ¿Qué estás
haciendo aquí?
—En
realidad quería hacerte la misma pregunta —contestaste.
—Estaba
disfrutando de la vista. Es relajante —contestó y desvió su mirada hacia el
horizonte como una excusa, porque otra lagrima incontrolable caía y necesitaba
limpiarla sin que lo notaras.
—Espera,
¿estás ll-llorando? —preguntaste con alarma.
—¿Qué?
Por supuesto que no. ¿Por qué estaría llorando? —contestó e intentó soltar una
risa, pero ya te habías acercado a su lado y era demasiado tarde para esconder
otra lágrima que ahora estaba rodando hacia su mejilla.
—¿Ha-hay
algún problema? —intentaste preguntar, aunque estabas segura de saber cuál era.
—E-en
realidad —contestó, su voz se quebró—. Me siento muy lastimado justo ahora. En
realidad es mi cumpleaños, pero nadie parece haberlo recordado —te contó,
mientras otra lágrima caía.
—¿E-es
tu cumpleaños? —fue toda tu respuesta, pretendiendo estar sorprendida.
—Entonces
ellos realmente lo olvidaron, no te lo han dicho —murmuró tristemente—. Sí, es
mi cumpleaños. Y no recibí ningún saludo hoy, excepto el de mi familia. Ellos…
no recordaron mi cumpleaños —dijo y quebró en la última oración.
—S-SuHo
—murmuraste, sin saber realmente que decir.
—Primero
había pensado que ellos solo estaban pretendiendo haberlo olvidado, y estaban
preparando una sorpresa para mí, o algo así. Pero creo que me estaba
adelantando demasiado —te dijo. Estaba llorando sin reprimirse ahora, y tampoco
intentaba limpiar y ocultar su rostro—. Soy patético, ¿verdad? Quiero decir… no
soy un niño. No debería estar actuando así. Pero me siento tan… dolido.
—SuHo,
yo… —te apagaste, sin saber realmente que decir. Te pusiste en cuclillas junto
a él y palmeaste su espalda mientras mirabas hacia la puerta pidiendo ayuda,
pero LuHan no se veía.
¡Oh, por Dios!
¡Realmente está llorando! ¿Qué debería hacer? ¿Decirle la verdad? ¿Pero qué hay
de la sorpresa que todos prepararon? ¿Puedo convencerlo de venir conmigo hacia
los vestuarios de alguna manera? ¡Ugh! ¡¿Dónde está el demonio cuando lo
necesitas?! Pensaste con pánico.
—Lo
siento mucho, JooRi. Por favor no me hagas caso. No se suponía que me vieras
así —dijo en medio de un sollozo.
—No,
es… uh… no me molesta —contestaste.
—Así
que, ¿qué te trae por aquí? —preguntó a pesar de su situación.
—Te
estaba buscando —le dijiste.
—¿Cómo
me encontraste? —preguntó, y continuó limpiando las lágrimas que seguían en su
rostro.
Realmente no sabías que hacer en esa situación. Te sentiste
mal por SuHo, pero también encontraste divertida la forma en que intentaba
hacer una conversación en medio de su llanto.
Por otro lado, SuHo se sentía avergonzado por haber quebrado
de repente y estaba intentando dejar de llorar cambiando el tema.
—Eso…
no importa. Um, no quiero sonar muy entrometida o nada, y sé que no hemos sido
amigos por mucho tiempo, o si me consideras amiga aún. Pero, ¿no deberían
hablar entre ustedes? Ven conmigo al vestuario. El equipo está ahí porque el
entrenador organizó una reunión. Entiendo que debes estar lastimado porque
ellos olvidaron tu cumpleaños, o quizá en realidad no, porque yo misma olvidé
mi propio cumpleaños —murmuraste—. Pero olvida lo que dije sobre mí. Como sea,
puedo ver que tú estás realmente herido. Pero quizá… quizá hay una explicación.
—Honestamente,
no estoy listo para hablar con ninguno de ellos aún —rió amargamente.
—¿Así
que planeas festejar tu cumpleaños así?
—Creo
que eso no está ayudando.
—Mira,
quizá no esté entendiendo mucho pero, ellos están muy preocupados por ti. Esa
es la verdadera razón por la que estoy aquí. Ellos me dijeron que te pidiera
que vinieras conmigo ya que parecías demasiado enojado y no querías hablar con
ellos. Sé que no estoy en posición de decirte esto porque los conoces desde
antes pero, sé que se preocupan mucho por ti. Si ellos olvidaron tu cumpleaños
o no, no cambia que ellos en verdad te aman, ¿verdad? Y sé que lo sabes. Y sé
que esto suena insensible pero, tu cumpleaños es solo un día, ¿verdad? Pero
ellos siempre están ahí siempre. Y sé que amas al equipo también. Así que, ¿al
menos iras a verlos para poder hablar de esto con ellos? Es triste pasar tu
cumpleaños con ustedes siendo así.
Cruzaste los dedos y esperaste que estuviera de acuerdo. Sí
él seguía sin querer, decidiste que le dirías la verdad.
Hubo una larga pausa, donde SuHo lo pensó mucho e intentó
ordenar su torbellino de emociones. Finalmente, dejó salir un suspiro y
contestó:
—Bien
—dijo.
—¡¿En
serio?! —exclamaste.
—Supongo
que tienes razón. Debería hablar con ellos y no dejar que las cosas tomen esta
dirección —dijo.
—¡Eso
es bueno! —Suspiraste con alivio, pero te recompusiste—. Quiero decir, es
triste verlos pelear. Así que… ¿vamos?
Respiró profundamente y exhaló ruidosamente. —Vale.
—Genial
—contestaste y te levantaste.
—LuHan
hyung, puedes salir ya —dijo SuHo, sorprendiéndote.
—¿Sabías
que estaba ahí?
—Sí
—te contestó.
LuHan apareció de detrás de la puerta y esperó a que SuHo y
tú se acercaran.
—Dijo
que quizá no quisieras hablar con él y se quedó ahí —le contaste.
—No
creo que esa haya sido la razón. Verás, LuHan le tiene miedo a las alturas
—susurró.
Cuando llegaron a la puerta, LuHan caminó hacia SuHo y le
golpeó la espalda.
—Lo
sentimos, SuHo —le dijo.
—No
le digas a nadie que lloré —dijo SuHo y los tres descendieron las escaleras.
Esperen, ¿cómo les decimos que SuHo va en camino? Pensaste con
pánico. Querías preguntarle a LuHan pero no podías hacerlo con SuHo cerca.
Tampoco tenías el número de los otros aún. ¡Oh,
cierto! ¡JiMin está allí!
Tomaste tu teléfono y
comenzaste a teclear la pantalla, pero antes de que pudieras terminar tu texto,
una nueva notificación de mensaje apareció en tu pantalla.
De: Demonio LuHan
Enviado: Mayo 22, 20XX 4:43
Ya
les avisé que SuHo está yendo.
Para: Demonio LuHan.
Entendido
Finalmente llegaron a los vestuarios. SuHo respiró profundo,
quedándose afuera. Él había pensado las cosas que diría luego. Ahora estaba
ahí, arrepintiéndose de haber ido sin preparase por completo. La mayor parte
del tiempo, actuaba como mediador en cualquier conflicto entre los miembros. Él
nunca había estado directamente envuelto. No es que temiera las
confrontaciones, pero estaba consciente de que sus emociones aún no se habían
calmado completamente y estaba un poco preocupado por lo que podría decir y
luego arrepentirse de haberlo hecho.
Respiró profundamente de nuevo. LuHan le dio un golpe suave
en la espalda para darle ánimos. Finalmente abrió la puerta y entró. Estaba
algo confundido por ver el cuarto oscuro, excepto por algunas divertidas luces
brillantes que se veían como orejas de animales. Entonces, las luces
parpadearon.
¡POP! ¡POP!
De repente, hubo ruidos fuertes de panderetas y trompetas
mientras llovía confeti de colores. En medio del caos, vio las sonrisas de sus
amigos.
—¡FELIZ
CUMPLEAÑOS, SUHO AH!
Había estado intentando preparar su corazón para la
confrontación, por lo que le tomó un rato comprender que estaba sucediendo.
—¿Qu-QUÉ?!
—murmuró SuHo incoherentemente cubriendo su boca con la mano. La siguiente cosa
que supo, fue que estaba siendo atacado con abrazos, palmadillas y toques de
todos.
—La comida tardó un poco preparar. Lo siento por
haber tardado —le dijo Lay.
—Qu…
jajajajaja… —murmuró con incredulidad y se puso en cuclillas en el suelo por un
instante cubriendo su rostro con las manos. Los chicos rieron entre dientes y
palmearon su espalda. Miró alrededor el cuarto cuidadosamente decorado, los
montones de comida sobre la mesa, luego los rostros de sus amigos.
—¡Pide
un deseo! —dijo D.O. cargando un pastel con una vela con forma de pelota de
fútbol encima. SeHun le ayudó a levantarse y colocó una vincha en su cabeza.
—Esperen,
esperen, escuchemos el mensaje primero —dijo BaekHyun.
SuHo sacudió su cabeza, rió y sacudió la cabeza una vez más,
como una persona loca. Sus miembros le dieron ánimos golpeando su espalda.
—Ustedes,
chicos… —comenzó, pero no llegó a terminar debido a que sus lágrimas comenzaron
a caer nuevamente, así que cubrió su rostro con el brazo.
—Awwww…
—murmuró JiMin a tu lado, sintiéndose conmovida por la escena.
—Realmente
pensé que habían olvidado mi cumpleaños —dijo medio llorando y medio riendo—.
Realmente caí.
—¡Sí!
—los chicos vitorearon y chocaron las manos entre ellos.
—¡La
vela se derrite! Pide un deseo, hyung —dijo SeHun.
—El
año y medio que pasé aquí en MA, han sido los mejores días de mi vida.
Estuvieron llenos de risas, aventuras, diversión, y algunas veces tristeza y
dificultades. Pero lo que hizo todo eso precioso, que incluso los malos
momentos valieran la pena, fue que los pasamos juntos. Así que mi deseo, es que
podemos hacer más recuerdos en el futuro, y que nuestro destino no se marchite
sino que sea cada vez más fuerte.
—Ahh
—los chicos sonrieron.
—Sigo
enojado por el engaño. Realmente les creí —los señaló—. Y sé que van a jugarme
otra broma por ser tan cursi, pero, realmente los quiero —dijo y sollozó un
poco más mientras reía a la vez. ChanYeol lo envolvió en un fuerte abrazo de
oso, seguido por los otros.
—Eres
realmente cursi —dijo Chen, mientras sacudía el cabello de SuHo—. Y esa es una
de las cosas que amamos de ti.
—Olvidaste
soplar la vela —dijo XiuMin. D.O. le acercó el pastel para que SuHo pudiese
apagar el fuego.
—¡Esperen, esperen! ¡Cantemos primero! —dijo
BaekHyun—. Uno, dos, tres…
Que los cumplas feliz,
Que los cumplas feliz,
Que los cumplas JunMyeonie,
Que los cumplas feliz.
SuHo sopló la vela y todo
el mundo aplaudió.
El equipo le dio el
regalo a SuHo, el cual eres un saco azul con “SuHo” escrito en el borde de los
bolsillos y su número favorito en la espalda.
—No
sabíamos que darte ya que puedes comprar cualquier cosa que nosotros pensemos
—dijo Lay.
—SuHo
es muy rico —susurró JiMin en tu oído.
—Así
que hicimos este nosotros mismos para asegurarnos de que no pudieras comprarlo
en ningún sitio —continuó Lay.
—Y
solo para que lo sepas, es algo de calidad, así que es muy caro —dijo a la
defensiva BaekHyun.
—La
amo. Gracias a todos —les dijo SuHo.
—¡Hora
de comer! —gritó ChanYeol y fue el primero en atacar la comida. JiMin y tú se
acercaron a la mesa para distribuir los utensilios.
—Lay
hyung, odio decir esto, pero este pastel se ve muy extraño —le dijo SeHun.
—Se
ve desagradable —dijo franco LuHan.
—ChanYeol
arruinó el glaseado. Pero es solo el color, es sabor debería ser el mismo
—contestó Lay.
Kai se acercó al pastel y tomó un poco del glaseado verde
con su dedo. Lo puso en su boca y meditó por poco tiempo. —Sabe bien —asintió.
—Estas
vinchas son geniales —dijo Chen jugando con las luces de la suya.
Pasaron el tiempo hablando, riendo, comiendo, jugando,
entreteniéndose (lo cual fue obra principalmente de BaekHyun y ChanYeol) y
comiendo más.
Hubo un golpe en la puerta después de un rato. Lay la abrió,
revelando a la Abeja Reina Choi SoYeon y cinco personas más que pertenecían al
Consejo Estudiantil.
—Oh,
¡entren! —BaekHyun les hizo pasar—. Chicos, el Consejo quería preparar algo
para SuHo pero les pedí que lo cancelaran porque Chen y yo tendríamos que estar
allí y arruinaríamos la sorpresa. Espero que no les moleste celebrar con ellos,
¿no?
—Está
bien —contestó Lay y los dirigió hasta la mesa.
—En
realidad, solo vinimos a traerle esto a SuHo y saludarlo —contestó SoYeon,
sacando un pastel y algunos regalos para SuHo.
—Feliz
cumpleaños, presidente —le felicitaron los otros miembros del Consejo.
—Gracias,
chicos —dijo SuHo, tomando junto a XiuMin los regalos—. Por favor, quédense un
momento para comer.
Para la decepción de JiMin y tuya, se quedaron. No es que
despreciaran a los otros miembros, pero Choi SoYeon era otro tema. Su simple
presencia era suficiente como para intimidarlas hasta las entrañas.
—Mira
eso. Acaba de llegar pero ya está encima de Kai —susurró JuMin, clavándole
dagas con la mirada a SoYeon.
Seguiste los ojos de JiMin. La Abeja Reina y Kai estaban
hablando en una esquina, ella se veía inusualmente dulce y angelical.
—¡Ugh!
¡La odio! No dejes que lo tenga. ¡Ve y róbale a Kai! —JiMin te empujó.
—¡¿Qué?!
—tosiste.
—No
me digas que solo planeas sentarte aquí y dejar que esos dos se la pasen bien
juntos —preguntó JiMin.
—Lo
que ellos hagan no es de mi incumbencia. —Te encogiste de hombros, lanzándoles
otra mirada. Justo al mismo tiempo, SoYeon también te miraba. Levantó una ceja
hacia ti y JiMin. Kai también lanzó una mirada en tu dirección y te dio su
típica sonrisa. Frunciste el ceño y volviste tu atención hacia la comida.
—¡Argh!
¡Esa… grrr! ¡¿Cómo puede ser alguien tan irritante?! —murmuró JiMin.
Kai dijo algo a SoYeon y se levantó. Se dirigió a la mesa
por algunas piezas de pollo antes de caminar hacia donde tú y JiMin estaban
sentadas.
—Hey
—dijo, sentándose a tu lado.
—¿Qué?
—preguntaste.
—Te
ves enfadada —dijo.
—¿Quién
dice? —resoplaste.
—Um,
iré por más comida —dijo JiMin y sospechosamente los dejó rápidamente.
—¿Entonces
por qué estás con las cejas fruncidas? —preguntó.
—No
lo estoy —replicaste, apuñalando un trozo de carne con tu tenedor de plástico.
—Pero
lo estás haciendo —se burló tomando tu barbilla y dirigiendo tu rostro hacia
él.
—¡No
lo estoy! ¡Y no me toques! —gritaste y lo señalaste con el tenedor.
—Bien
—rió mientras levantaba sus manos. Entonces tomó el trozo de carne en tu
tenedor con su boca, haciendo que lo vieras con sorpresa—. Sabe bien —murmuró
masticando. Continuaste mirándolo con la boca abierta. Él rió y sacudió tu
flequillo juguetonamente antes de dejar la mesa y buscar un poco más de carne.
—¡Aish!
Ese zorro —murmuraste. Clavaste otro trozo de carne en tu tenedor y lo pusiste
dentro de tu boca.
—Eso
fue un beso indirecto —dijo JiMin volviendo a tu lado. Te petrificaste.
Inmediatamente sacaste el tenedor de tu boca y lo miraste por unos segundos.
JiMin rió.
—¿D-de
qué estás hablando? No existe tal cosa como un beso indirecto —tartamudeaste.
—Pero
lo es. —Te guiñó y volvió su atención a su comida.
—¡Aish!
—resoplaste y bajaste el tenedor. Te dirigiste a la mesa para buscar otro.
—Ya
—dijo LuHan. Estaba parado detrás de ti.
—¡¿Qué?!
—Aish.
¿Dejarás de gritarme alguna vez? —dijo, rascando su oreja con el dorso de sus
puños—. ¿Me alcanzas un vaso?
—Tómalo
tú mismo —le dijiste.
—Hey,
esclava. Dije que me alcanzaras un vaso —repitió. Lo miraste incrédula, pero él
te veía como diciéndote que era mejor que lo escucharas o te arrepentirías.
Rechinaste los dientes y alcanzaste la pila de vasos. —Aquí
tiene, su alteza —dijiste y empujaste la pila entera contra su pecho, causando
que casi perdiese el agarre de su plato.
—¡Que
mie… YA! —gritó.
—No
dijiste cuantos. —Frunciste el ceño y te marchaste con pisadas fuertes hasta tu
lugar.
—¡Aish!
¡Molesto oso canoso! —refunfuñó y tomó los dos vasos que necesitaba.
Después de alrededor de tres horas, toda la comida se había
ido y el Consejo Estudiantil ya se habían ido, con SoYeon lanzándote una mirada
mortífera, la cual fue niveles más altos que las que usualmente te dirigía.
—Hey,
chicos, vayamos por algo de café. Yo invito —dijo SuHo.
—¡Sí!
—chillaron ChanYeol y BaekHyun.
—¿Qué
hay de esto? —preguntó SeHun, refiriéndose a la basura.
—Lo
limpiaremos más tarde —dijo D.O. y con eso, todo el mundo se dirigió al café.
¡Aigoo! Comieron toda
esa comida sin dejar nada y van por más. ¿Alguna vez estarán repletos?
Sacudiste la cabeza sin poder creerlo.
Estaban usando sus vinchas cuando llegaron al café,
ganándose la atención de todos. Las chicas, especialmente, quedaron estáticas
cuando vieron a sus amados usando lindas orejas de animales. Muchas incluso
tomaron fotografías de los chicos, haciéndote sentir como si estuvieses en
alguna clase de conferencia de prensa con celebridades en lugar de un café.
SuHo recibió muchos regalos y saludos de parte de las chicas. Ellas dijeron que
habían esperado darle su regalo todo el día. Al parecer, Choi SoYeon había
ordenado a todo el mundo no saludar a SuHo o darle cualquier obsequio hasta que
la fiesta del equipo de fútbol hubiese terminado, para no arruinar la sorpresa,
ya que pasaría todo el día con Chen.
—Wow.
Solo wow. No sé si la Abeja Reina es más increíble o atemorizante —dijo JiMin.
Algunos de los chicos fueron a la caja junto a SuHo para
hacer las ordenes, mientras el resto de ustedes esperaban en la mesa.
—Gracias,
JooRi —dijo XiuMin.
—No
hay problema. Quería ayudarlos a prepararlo. Me hicieron su manager, después de
todo —bromeaste.
—No
es exactamente a lo que me refería, pero gracias por ayudar con eso también.
Quería agradecerte por traer a SuHo, ya hacer que la sorpresa tuviese éxito
—dijo.
—Oh,
eso. No fue nada. Para ser honesta, realmente no sabía cómo llevarlo. Por
suerte, SuHo fue muy amable y quiso seguirme —contestaste.
—No,
JooRi. Hiciste un excelente trabajo. Escuché que lo manejaste muy bien —dijo
Chen.
—SuHo
es uno de los más maduros entre nosotros. Y por eso piensa en sí mismo como
tal, a veces, tiende a ser muy obstinado. Si alguno de nosotros hubiese estado
ahí, no habríamos sabido argumentar y hubiésemos terminado contando la verdad
—dijo Lay.
—SuHo
hyung dijo que había planeado no hablar con nosotros en varios días —rió Chen—.
Pero dijo que tus palabras le hicieron recapacitar sobre que nuestra amistad
era más importante que su dolor, y que estaba actuando como un niño.
—Así
que gracias, JooRi —dijo Lay.
—Bueno,
uh, de nada —contestaste, sintiéndote algo avergonzada—. No fue la gran cosa.
—No
estamos solo agradecidos por llevar a SuHo. También te queremos agradecer por
todo lo que dijiste sobre nosotros. Lo pensé, y tienes razón. Si olvidamos los
cumpleaños de los demás o no, si son buenos o malos ratos, si peleamos o no, lo
que realmente importa es que nunca perdamos esa especial conexión que tenemos;
a pesar de todo, no debemos terminar nuestra amistad en vano, y debemos cuidar
bien de nosotros. Porque con todos los problemas y desafíos con los que
tropezamos, a veces olvido esa verdad. Así que gracias por recordármela, por
recordarnos que es lo más importante —dijo XiuMin.
—Hicimos
una gran elección con nuestra manager —dijo Chen y palmeó tu espalda,
haciéndote sentir aún más avergonzada.
—Ya
—dijo LuHan.
—¿Qué?
—preguntaste algo cruda, tu rostro inmediatamente se mutó a una expresión de
enojo.
—Nada
—contestó gruñonamente, y también frunció el ceño, y caminó hacia la caja,
donde estaban los demás.
¡Aish! ¡Molesto
demonio!
Después del rato en la cafetería, todos finalmente se
dirigieron a los dormitorios. JiMin había ido directamente al baño. Tú te
recostaste en la cama, sintiéndote cansada pero feliz.
Beep.
Tomaste tu teléfono y viste la notificación de un nuevo
mensaje en la pantalla.
De: Demonio LuHan
Enviado: Mayo, 22, 20XX 9:12 PM
No sé
cómo lograste convencer a SuHo de ir.
Pero
eso no te hace increíble en lo más mínimo, así que no asumas nada. Sigues
siendo molesta.
—¿Qué
es esto?
Pero paraste al recordar lo que había sucedido en la
cafetería hacía un rato, al momento en que Lay y los otros te estaban hablando,
cuando LuHan llamó tu atención y se miraba como si quisiera decir algo, pero de
repente se alejó porque lo ibas a pelear de nuevo.
Quizá me está
agradeciendo.
Miraste la pantalla por un minuto y reíste.
Para: Demonio LuHan
De
nada. =)
Beep.
De: Demonio LuHan
Enviado: Mayo, 22, 20XX 9:15 PM
¿Quién
dijo que te lo estaba agradeciendo?
Para: Demonio LuHan
¡Bien!
Entonces lo retiro. ¡Y eres más molesto! >=P
¡Despreciable pequeño
demonio!
-----------------------------------------------
¿Y? ¿Qué les pareció?
A mi particularmente me gusta mucho este capitulo. Es muy lindo la forma en que ellos se quieren y cuidan.
El siguiente capitulo es el after party... ¿cómo terminará eso? jajajaja
34 hojas!!!!! Espero que hayan valido la pena!!
Lamento no haber subido la semana pasada, tuve un par de problemas, entre ellos no había terminado de traducir el capítulo.
Feliz año Nuevo!!!!!!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario