Era un
verdadero desastre para explayarse a sí mismo en palabras. Siempre que sentía
oleada de enojo o alegría, se quedaba callado con aquella característica mueca
suya. Cada vez que estaba en desacuerdo, durante un pleito o una decisión
tomada en su familia, no se quejaba ni argumentaba nada, al contrario, miraba
en silencio la escena, con su vocecita interior profiriendo exclamaciones
sarcásticas y juiciosas.
A su madre
le desagradaba por completo tal actitud. El chico era un torbellino de
emociones y sentimientos que definitivamente su rostro serio no demostraba de ninguna
forma. Se preguntaba dónde había sido el inicio de tal error y el momento en
que JongIn se convirtió en una persona de pocas emociones que se volvía
irremediablemente tímido a la hora de hablar sobre sí mismo, amando el
silencio, madurando increíblemente rápido.
—No me
gusta hablar, mamá. No necesito descargarme así.
—Las
palabras y yo no vamos en la misma oración.
—No
interfieras, mamá, yo puedo encargarme solo de esto.
Esas eran
algunas de las excusas que solía recibir SooJung cuando le insistía a su hijo
para mantener una conversación normal donde le hablase de cómo se sentía, que
le confiase sus penas y sus miedos, que ella le tendía el hombro en todo
momento. Porque cada vez que el cielo era jodidamente gris, JongIn no lloraba,
no maldecía, no gritaba ni hacía un escándalo, y aún menos, no hablaba para descargarse, y a SooJung le
entristecía verlo en esas fachadas.
Fue hasta
que conoció al ballet. A sus diez años, en el teatro junto a su abuela y sus
primos, JongIn vio El Cascanueces por primera vez. Al principio no entendía del
todo el funcionamiento de aquello que la anciana le había exigido para que
fuese, pero cuando las cortinas se abrieron y las luces se apagaron, cuando comenzó
a hacerse oír el sonido de la música de Tsjaikovski, la emoción recorrió sus
venas e inconscientemente sacudió sus piecitos.
Resultó que
el ballet era interesante. Bastante interesante. Le agradaba ver cómo sonreía
Clara, mientras bailaba… no, mientras volaba y contaba una historia entera sin
tener que abrir la boca para murmurar letras que se convertían en palabras, que
formaban oraciones. Admiraba aquella forma tan graciosa y delicada de moverse
del Hada de Azúcar, junto al compás de la música. Aquellos hermosos pies de
cristal parecían irrompibles y hacían suyo al escenario. Ese hermoso tutú rosa
no le hacía justicia a su glorioso baile. Se preguntó si el ballet era tan
sencillo como parecía, la mueca de alegría en el rostro de la bailarina no
reflejaba dolor. Se preguntó si llegar tan alto, con aquellos pies como alas
sería fácil. Se preguntó qué se sentiría al bailar todo eso, si se podía
expresar en palabras.
Sucedió entonces que llegó el pas de deux y en verdad su corazón se detuvo por un momento. Fue cuando
sin entender cómo ni cuándo o por qué, que las lágrimas le empezaron a caer por
su dulce rostro. Por primera vez en mucho tiempo, sintió envidia de la
historia, del cuento que contaban el Cascanueces y el Hada de Azúcar sin malgastar
saliva. Sintió el corazón latiendo violentamente. Sintió que le dolía el cuerpo por las ganas de moverse así. Deseó ser ellos, deseó que alguien se sintiese de la
misma manera viéndolo, deseó la aceptación del público. Recordó a su padre con
su suave voz “busca aquello que haga a tu corazón latir” y entendió que él, de
cierta forma, había nacido para bailar. Que la mejor forma de expresarse y
apartar sus problemas de su cabeza y corazón era aquella.
El proceso
fue complicado, sin embargo no imposible. Empezó con una gran bochorno de su
parte diciendo “papá, quiero ir a clases de ballet, llévame” mientras le
pitaban las mejillas en un rojo fuego. Se
intermedió con un sobreesfuerzo corporal que le costó una lesión en la cintura
y muchísimas lágrimas de impotencia por no poder actuar en el teatro. Pero finalizó
con una sonrisa brillante y orgullosa que cumplió su sueño de poder bailar su
obra preferida, con el tan querible papel del Cascanueces.
Lu Han
estuvo para ver ese sueño cumplido. Todavía lo recuerda a la perfección, su
amigo con “tengo entradas para el teatro” y él espetando “yo soy un hombre, no
iré a ver semejante cosa”, frase que fue totalmente ignorada por MinSeok.
Y más tarde
agradeció haber sido ignorado. Porque lo que presenciaron sus rasgados ojos se
convirtió en su vida.
Era…
inexplicable, pero a la vez algo que necesitabas explicar. El chico naturalmente
bailaba de esa forma tras matarse entrenándose durante tanto tiempo. No obstante,
había algo más que práctica. Había talento, había pasión, había un alma llena,
JongIn había nacido para bailar y el baile se había creado para él. No había
otra explicación.
Lloró demasiado
tiempo viéndolo bailar, porque el ángel de los poemas callados te hacía
enamorar en menos de un parpadeo y un suspiro. Te hacía pellizcarte para
intentar despertar de un sueño que en verdad era una realidad (más tarde, Lu Han usaría
esos pellizcos para picar las mejillas de JongIn, aunque cariñosos). Te hacía
sentir demasiado chiquillo con sus fuertes alas, y a la vez, el deseo de
protegerlo, de cantarle una nana antes de dormir, de cepillarle los cabellos
con sus manos, le hacía arder las yemas de los dedos.
Al final de
la obra que se había hecho demasiado corta para su gusto, dejó atrás a su amigo
quien desistió en perseguirlo (tenía una sonrisa burlona dibujada en su rostro,
porque era demasiado observador), buscó a JongIn tras bastidores.
Increíblemente,
el chico no se mostró muy sorprendido de encontrárselo. De hecho, le saludó
como si ya le conociese y se presentó amigablemente. Y cuando Lu Han le
preguntó, con voz ahogada, “¿de dónde vienes, ángel surrealista?”, él rompió a
reír de una forma tan estrepitosa que le congeló el alma y se sintió derretir
sin arreglo alguno.
Y cuando
JongIn se reía sobre su boca era donde más le dolía el corazón por su increíble
perfección.
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¡¡Hola!! Escribí dos oneshot en un período de tiempo muy corto, sin contar que avancé en el proyecto con ValeCaroline, I'm very proud, I'm really enjoying this vacation (?)
Quisiera decir un par de cosas...
Esto es realmente personal. Me costó un ojo de la cara (como ya le dije a ValeCaroline) porque hablar de mí... es algo que no me gusta demasiado y me cuesta. Me expresé muchísimo a partir de este Jongin, que a veces, casi siempre lo siento como un alma gemela. Además, a todo lo escrito lo considero como mi lado vulnerable, al que no le gusta ser visto.
Justamente estoy luchando con estos problemas, hoy es un día de esos, pero bueno, disfruté escribiéndolo sobre todo por el ballet. Pocos entienden el sacrificio de pasar casi ocho horas bailando semanalmente, nadie entiende que si lo que siento después del desgaste es dolor, entonces sufrir está bien. Detrás de las increíbles sonrisas de los bailarines hay muchas historias, y cada uno de los bailarines del mundo me parecen increíbles. Quisiera darles un aplauso y un abrazo a cada uno de ellos, en especial a mi preferido, léase Jongin.
Bueno, me pasé ^^ ¡Un beso! ¡Espero que te haya gustado a pesar de lo corto, tía! ¡KaiLu obviamente para vos!
Yo sé, yo sé. Te costó mucho, y Yo sé, yo sé, esto es tuyo "busca aquello que haga a tu corazón latir".
ResponderEliminarTambién sé que amas lo que haces, y sé que vas a morir haciendolo. Sé que estás orgullosa del negro por haber cumplido un sueño, y sé que el tuyo termina cuando te subas a un escenario.
También sé lo que es un sacrificio por lograr eso que amas. Yo sé que es hacer ese sacrificio y dejar cosas de lado, como el descanso, solo para que todos vean que llegaste a la meta.
Detrás de un sueño cumplido siempre va a haber muchas cosas que no salen a la luz. Horas dedicadas, llegar al propio límite y no dar más, para solo sonreír y decir: "lo estoy haciendo bien".
Estoy orgullosa de que lograras esto, y estoy feliz de que hayas terminado este reto! Costó! Pero terminaste! Vamos "Chiquita" jajaja
Pienso que el KaiLu estuvo de más. El solo hecho de leer tanto sentimiento encontrado, fue suficiente.
Gracias por hacerme sentir así otra vez. Dejar a la pasión ganar.
Besotes!! Y te quiero!
Explicame cómo hacerse la fuerte cuando me decís cosas así. Cuando me ponés como una nena que quiere todo el amor para ella sola.
EliminarRealmente gracias, te presentaste en un año buenísimo (porque hubieron muchos cambios y empecé ballet) y me acuerdo de todos los "cuidate, nena" "más te vale estar comiendo bien" "cuidate o te pego". Aprecio tanto esos detalles!!!
Vos me conocés demasiado, me hace sentir aliviada TT_TT De verdad gran por ser la mejor tía. Siempre me voy a sentir en deuda con vos.
No sabía si agregarle el kailu pero al final me decidí por ponerlo huehueheue.
Por cierto, espero que esto no sea lo único que escriba de ballet, estoy anticipando por hacer algo más serio en un par de años ^^
Miles de besos, de esos empalagosos que no te gustan , yo también te quiero <3
Esto es hermoso♥ Se no ta la pasión, no solo la que Jongin siente hacia el ballet, sino la tuya también. La manera en que finalmente se expresa, se deja llevar por sus emociones y cómo lo demuestra. Que el esfuerzo no haya sido cada, cuando finalmente pudo bailar la obra que lo inició todo para él...♥
ResponderEliminarDe hecho es hermoso que Luhan lo conozca así, con las emociones a flor de piel, y que sea también quien lo ayude a reír, reír de esa forma tan perfecta<333
Sos talentosa Ana, créeme. Dejar un poco de vos en la historias es lo que hace a a una gran historia. Me alegro de que también rías ♥
¡Besos!