jueves, 13 de febrero de 2014

Cálida confesión





Navidad… bonita fecha donde la gente corre de aquí para allá a último momento realizando sus compras. Donde las familias se reúnen para comer y no dejan de hablar ni durante un instante, donde los niños juegan todo el día con nieve y esperan ansiosos sus regalos, donde a veces, como durante ese momento, los amigos se reúnen. Aunque llamar amigos a Byun Baekhyun y Park Chanyeol es quedarse corto.


Era rara la relación, en realidad no sé exista un término adecuado para referirse a ellos dos.

Se conocían desde que tenían memoria, sus familias elegían el mismo lugar para vacacionar; unas preciosas y sencillas cabañas cercanas a las montañas. De esa manera se convirtieron en “vecinos” por un tiempo. La madre de Chanyeol visitaba a menudo a la de Baekhyun, por lo que llevaba a su hijo, y éste, tan juguetón y sonriente que era no tardó en hacerse amigo del mayor. Así que estaban acostumbrados a pasar mañanas, tardes, noches a veces hasta el punto de lloriquear a la hora de separarse. Ambos vivían en diferentes ciudades, por lo que era muy difícil que se vieran continuamente.

Gracias a Dios existía el Internet, la existencia de las redes sociales para contactarse eran infinitas. Claro que no eran suficientes para satisfacer el deseo de verse.

El transcurso de los años pasó muy rápido, ellos habían cambiado, desde sus temas de conversación (en un principio hablaban de juegos, películas, deportes, etc. Ahora sólo hablaban de ellos, de sus amigos, de mujeres… el tema del amor siempre salía por casualidad) hasta sus sentimientos.

Baekhyun entendía perfectamente a su corazón. Sabía que latía descontrolado cuando su amigo le decía que le quería, que lo extrañaba y que esperaba ansioso las vacaciones para rencontrarse. También sabía que no dejaba de pensar en él, en sus alegres ojos y su radiante sonrisa, que se había convertido en su más grande motivación. Lo sabía… se había enamorado de su amigo.

Malditos sentimientos y maldito e impredecible corazón. Es cierto que nadie puede obligar a amar, pero ¿por qué se había enamorado de Chanyeol? Justamente él… ¿quién le aseguraba que su amor era correspondido? ¿Quién le aseguraba que no sería rechazado? ¿Y quién le aseguraba que no le rompería el corazón?

Ser adulto es complicado, nadie le había advertido que esas cosas podrían pasar.

Las vacaciones ser acercaron, y con ellas la Navidad. Como siempre lo atacaron los nervios. Su madre le ordenó que preparara su bolso con lo necesario. Por fin se iban a las cabañas… con Chanyeol. Siempre esperaba por esa fecha, es cierto. Pero ésta vez estaba indeciso… no es que no quisiera verlo, lo extrañaba más que a nada, pero sentía que no se podría controlar y le gritaría que lo quería en cualquier momento. “Yo también”, respondería él entre risas. ¿Pero cómo explicarle que no lo quería como amigo?

El viaje fue corto mientras se envolvía en esos pensamientos, tan concentrado estaba que ni notó que su amigo ya lo esperaba de pie en la fría nieve y ni le dio tiempo para reaccionar, cuando el de mayor estatura abrió la puerta del auto, lo levantó del asiento y lo abrazó con todas sus fuerzas.

“-Dios mío… se ha puesto altísimo-.”Pensó Baekhyun con las mejillas pintadas de un fuerte color rojo.

Los padres rieron de ternura al contemplar la escena, no les parecía ya raro que fueran tan cariñosos entre ellos. Chanyeol se dio cuenta que no había saludado aún a los padres de la “víctima”, por lo que se disculpó por su falta de respeto y se apresuró a darles un cálido abrazo. Un poco más y eran sus segundos padres.
Mientras tanto el mayor no podía dejar de sonreír. Su amigo había cambiado, para bien, se había puesto muy alto, tenía rizos de color castaño claro que le sentaban excelente y sus hombros se habían ensanchado. Pero lo que más le agradaba, era su sonrisa. No había cambiado para nada. Los blanquísimos dientes seguían iguales, sus carnosos labios parecían aún más bonitos.

“-Sigue siendo él… estoy seguro-.”

La hora de la cena se fue acercando. Por supuesto que los dos amigos no dejaron de platicar de todo lo ocurrido durante el año. Ambos por suerte habían finalizado sus estudios en el colegio, por lo que los planes para juntarse más seguido y viajar juntos se hicieron presente muy rápidamente, para incomodidad de Baekhyun. No estaba seguro de poder soportar estar tanto tiempo con él si su corazón latía tan fuerte. No iba a poder contenerse mucho, pero Chanyeol lucía tan cómodo y natural hablando de eso que le dolió… sería difícil confesarse. ¿Debería hacerlo?

-Chanyeol…-preguntó interrumpiéndolo en una de sus historias sobre sus amigas- ¿tienes novia?

El chico se sorprendió y bajó la mirada. Cómo iba a tener una novia si… si amaba con locura a su mejor amigo.

-No… te lo hubiera contado. ¿Y tú?

-Tampoco...

Un silencio incómodo se formó. Pero el menor lo rompió preguntando si sus calificaciones habían sido buenas.

Baekhyun contestó algo distraído que sí, por suerte el duro estudio había traído sus merecedores resultados.

En realidad estaba pensando en la anterior conversación… si él no tenía novia puede que tuviera oportunidades, aunque fuera una muy pequeña quería aferrarse a la idea de que Chanyeol le correspondiera sus sentimientos.

-Baek, ¿jugamos con la nieve?-a pesar de la edad ninguno de los dos había abandonado su lado infantil.

-Claro-respondió sonriente.

La fría nieve no cesaba de caer, haciendo que las mejillas de Baekhyun se pusieran de un fuerte color rojo, al igual que su nariz, en medio de los copos nieves, y sin dejar de reír, y a Chanyeol le pareció la escena más adorable que había visto en toda su vida.

No lo dudó más y se acercó para quedarse frente a él.

-¿Sabes, Baek? Hace tiempo estaba planeando tener un novio.

-¿Un novio?-respondió sorprendido.

-Sí…-dobló sus rodillas para estar a su altura- Me gustas, Byun Baekhyun.-dicho esto cerró los ojos, y pasando sus brazos por su pequeña espalda juntó los fríos labios con los del mayor.

Baekhyun se quedó sencillamente impresionado, nunca, pero jamás en su vida se hubiera esperado esa confesión tan directa y tierna. Se apresuró, con cierta torpeza, a cerrar los ojos también y a corresponder el beso.

-¡Ya era hora!- gritó la madre de Baekhyun.

Tremendo susto se dieron los dos, al escuchar la fuerte voz de la mujer.

-¡Cielo! ¡Ven a ver!-seguía gritando- ¡Yo estaba en lo cierto! ¡Chanyeol se confesaría, ahora dame mi dinero!- y se puso a correr para contarle la noticia al resto de la familia.
Baekhyun y Chanyeol se miraron impactados, pero no sucedieron unos segundos cuando empezaron a reír con dulzura.

-Te quiero Chanyeolie- susurró sin soltar el abrazo.

-Yo te quiero más-y empezó a acariciar con ternura el cabello del de menor estatura.

-No, yo más-respondió quejándose.

-He dicho que yo, y punto.

-Mejor corre porque te atrapo y te enteras.

Chanyeol sonrió.

-Mientras el castigo sea bueno...

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