domingo, 15 de diciembre de 2013

Promesse de l'amour

Junmyeon espera al moreno, frente al ventanal.

Prácticamente lo estuvo haciendo los últimos 5 años. A veces sentado, justo como ahora, otras de pie, con su mirada denotando confianza. En ocasiones lo espera de rodillas, en algún lugar lejano, con los ojos escupiendo lágrimas.

A veces, casi siempre, con su característica sonrisa dulce; que remarcaba paciencia, ternura hacia el menor.

Fueron tiempos duros, piensa Junmyeon. Jongdae, su más fiel amigo le solía recordar la realidad cada vez que tenía oportunidad.

—Te está usando. Está destruido, pero sabe que siempre estás y por eso busca tu ayuda. Entonces lo curas y se va. Y te deja solo.

—Ya lo sé, Jongdae —murmura él con cansancio. Por supuesto que lo sabe, y le duele como los mil demonios. Pero no es tan fácil, porque Jongin lo mira destrozado, con los ojos acuosos, con la guardia baja. Nunca dice nada, pero su mirada grita "ayúdame, por favor, ayúdame a seguir de pie, no me dejes solo".

Y Junmyeon lo complace, con caricias y besos, con canciones que cantaría a un bebé y con el corazón partido. Nunca ha sabido negarle algo a Jongin, y el otro lo sabe. Por eso se refugia en él.

Pero ahora es diferente, se dice a sí mismo. Porque Jongin entra a la cafetería con apariencia extraviada, y al encontrar a Junmyeon, deja que las perlas blancas le adornen el rostro.

—¡Hyung! —corre hacia él—. Lo siento mucho. Estábamos ensayando para la función. Ya sabes, la del domingo. Irás, ¿verdad?

—No sé —bromea—. Deja que revise mi agenda.

—¡Hyung! ¡No juegues conmigo! —protesta.

Junmyeon no puede evitar pensar en la ironía del asunto, porque ha sido el moreno quien había jugado con él durante 5 malditos años. No obstante se limita a reír, revolviendo el cabello del más alto.

—Junmyeon —le habla cariñosamente, tomándole la mano—. Vamos, te dije que te iba a llevar a un lugar especial para mí.

El mayor asiente, haciendo más fuerte el agarre de las manos.

Porque sabe que Jongin ya no lo usa, sino que lo necesita. Que no se complace a sí mismo, en su lugar, busca que el más bajo esté satisfecho.

Porque ya no lo busca cuando lo necesita, de vez en cuando, ahora lo necesita para respirar. Ya no tienen sexo, sino que hacen el amor.

Jongin ya no va y viene a su lado, ahora vive pegado a él, dado a que Junmyeon se ha convertido en su hogar y sabe que está atrapado hasta el final con él. Juntos.

Prestando atención a la canción que sonaba en el local, canturreó al unísono del cantante.

—"Oxigenarás... mi vida hasta estallar."

—¿Dijiste algo? —pregunta el menor.

—No —contesta con una gran sonrisa—. ¿Sabes ya que te quiero?

—Si me lo recuerdas ahora mismo, no dudaré de ello jamás —le asegura con los ojos brillantes. No hay nada tan especial como oír los suspiros amorosos de su hyung.

—Te amo —dice fuerte y claro, sin vacilaciones.

—Yo incluso más —le jura, antes de estamparle los labios con los suyos. 

Saben que esa es una confesión de amor, una promesa inquebrantable, un seguro de vida, que les decía que iban a estar juntos para siempre, a pesar de todo.  


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Dedicado a Diana-chan. ¡¡Gracias por leernos!! Y gracias por divertirme tanto, por shippear XiuHan y SuKai. Sabemos que todo el mundo va a terminar queriendo a SuKai (?)

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