miércoles, 17 de octubre de 2012

A pesar de todo, me gustas



Titulo: A pesar de todo, me gustas
Autora: Littleevilmaknae
Pareja: EunHae
Género: Drabble
Advertencias: Puede ser aburrido (?)
Descripción: Aunque digan que eres raro, que no eres bueno para mí, me gustas así, con esa permanente sonrisa en tu rostro.
Nota de la autora: *pone parlantes(?)* Esto... cofcof... Esto es mi intento de fic tierno, que lo hice en medio de la clase de matemáticas. Lo sé, soy buena niña. Espero que les guste ^^ 








A Lee HyukJae, las películas de acción siempre le habían gustado, pues le agradaba cuando en momentos de tensión la duda lo carcomía y en otros casos, lo angustiaban.
Pero a Lee DongHae le gustaban las películas románticas, de esas que te hacen llorar durante horas, y dan ganas de comer cosas dulces.
A Lee HyukJae le gustaban los días de lluvia, pues podía pasarse horas contemplando a la lluvia golpeando fuertemente a los paraguas,  y escuchándola. Para él, era sencillamente relajador, era como el café que te puedes tomar luego de trabajar durante horas sin descanso.
Pero Lee DongHae adoraba los días soleados, pues era una excusa para convencer a sus Hyungs de salir a pasear y jugar. Siempre se amigaba con los niños del parque, haciendo que le ofrecieran jugar con ellos, y como siempre, aceptaba animadamente.
A Lee HyukJae le gustaban los cumpleaños y fiestas. Era el momento indicado, pues se olvidaba de sus problemas y se descargaba bailando, logrando ser el centro de atención, cosa a la que ya se había acostumbrado.
Pero a Lee DongHae le gustaba quedarse en el departamento, mejor si había algún Hyung o Dongsaeng, o al menos el malvado maknae que siempre lo hacía víctima de sus bromas. Y si estaba solo aprovechaba para componer canciones o practicar las nuevas coreografías.

Entonces, si eran tan diferentes, ¿cómo se amaban tanto?

La respuesta era; a pesar de todo, tenía mucho en común.

Porque tanto como a Lee HyukJae como a Lee DongHae, les gustaba cuando después del duro entrenamiento se recostaban en el suelo y no decían ni una sola palabra hasta que DongHae reclamaba su cena y obligaba a su amigo a acompañarlo a comprar comida.
También les gustaba cuando en los calurosos días de veranos pedían helado y lo compartían entre miradas, sonrisas, y chistes que se hacían.
Les gustaba cuando se celaban, por algún incidente con alguna actriz o bailarina, que siempre terminaba siendo un tema de discusión. Entonces, como siempre, se peleaban y más tarde, pero muy tarde, cuando al fin alguno de los dos le había ganado a su orgullo, se rogaban perdón.
Les agradaban, de igual forma, cuando tímidamente el menor tomaba las manos del mayor y caminaban por la calle o en cualquier cita.

Pero entre todas las cosas, se gustaban, se amaban entre ellos, y estaban dispuestos a aceptar cualquier defecto o gustos extraños del otro.
  

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