lunes, 15 de febrero de 2016

Monster Academy[Trans] - Capitulo 47





Pequeño problema


Sábado, pasaste toda la mañana desde temprano ayudando a tu madre fuera, en el mercado. Ella insistió en no dejarte ir, para así podrías salir con HyeBin o hacer cualquier cosa que quisieras en tu fin de semana libre, pero no pudiste dejarle trabajar sola. En realidad, la verdadera razón por la que querías volver a casa, era para ayudarle. Encontraste que tu madre estaba no vendiendo tanto como antes, y que el precio del pescado  de su proveedor, el señor Cha, había incrementado. También te diste cuenta que el espacio del mercado también había aumentado.
—Está bien, JooRi ah —dijo tu madre, sonriendo.
Mirándola ese día, te diste cuenta que estaba más delgada que la última vez que le habías visto. También tenía más arrugas en el rostro. No pudiste evitar pensar que una mujer de su edad tendría que estar en casa, solo cuidándola, mirando algún programa de variedades, y plantando flores en el jardín. No ahí, trabajando sus viejos huesos por algunos peniques.
En la tarde, después de la cena, fuiste a lo de HyeBin a ayudarle para escoger un vestido para un evento de la escuela, y hablar más sobre Lay y D.O. Sus padres estaban felices de verte de nuevo, y los mayores quisieron saber más de la prestigiosa academia M, de la cual no sabías exactamente qué decir.
Tu día terminó con muchas cosas.
El domingo por la mañana, te levantaste temprano de nuevo, para ayudar a tu mamá en el mercado. Antes de ir a MA, usualmente dormías en los fines de semana. Pero ahora que solo podías ir a tu casa una vez al mes, sentiste que tenías que hacer más por el tiempo que estabas lejos, aunque fuera poco. Tú y los chicos habían acordado tomar el último viaje a la escuela, a las cinco y media de la tarde, así podías estar un par de horas más con tu madre.
Alrededor del mediodía, tu madre te dijo que dejaras de trabajar.
—Está bien, Umma. Lo tengo —le dijiste mientras acomodabas los pescados por onceaba vez, esperando que de esa manera atrajeran más clientes.
—Tienes un visitante —te dijo, entusiasmada. Finalmente levantaste la mirada para verla inquisitivamente. Se movió, revelando a tu misterioso visitante.
—¡LuHan! —exclamaste, levantándote—. ¿Qué haces aquí?
—Necesitamos ir a un sitio —te dijo.
—¿Qué? ¿Dónde?
—Tenemos una cita con Kim DongGuk. Es un felino —te dijo. Lo miraste interrogante, no realmente entendiendo de qué hablaba—. Es por nuestro proyecto —dijo impaciente.
—Oh… ¿En serio?
—Es mejor que empieces a moverte, si no queremos llegar tarde.
—O-oh, cierto. Cierto —murmuraste, entusiasmada, limpiando tus manos sobre el delantal—. Umma, lo siento, pero tengo que ir. Es por un proyecto…
—Está bien, JooRi, LuHan ya me dijo.
—Omoni, nos vamos ahora —LuHan se inclinó levemente, antes de irse.
—Es mejor que te cambies antes de ir —te dijo ella.
—Oh, cierto. Huelo a pescado —conveniste, oliéndote—. Te veo más tarde, Umma —dijiste, antes de correr tras LuHan.
—¡Te cuidado!
—¡Ya! —le dijiste a LuHan al alcanzarlo—. ¿Te importa si vamos a casa a que me cambie? Solo dime donde nos encontraremos. Seré muy rápida.
LuHan dejó de caminar y suspiró. —Iré contigo.
—No tienes que —le dijiste—. Puedes sentarte y esperar por mí en algún sitio.
—Alguien tiene que asegurarse que no llegues tarde —te dijo.
—Bien —aceptaste de mala gana—. ¿Cómo sabías que estaba aquí?
—Fui a tu casa, ¿qué más pensabas? No estabas ahí. Tus vecinos me dijeron que quizá estuvieses aquí.
—Bueno, deberías haberme avisado sobre esto. Y creí que no conocías a nadie para el proyecto. Ahora de repente vienes aquí, diciéndome que tienes una cita. ¿Qué es esto? Realmente debes amar hacerme bromas, ¿verdad? —le acusaste.
—Intenté decirte. Pero no escuchas —dijiste.
—No, no lo hiciste.
—Sí.
—¿Cuándo?
—Piensa —gruñó, y caminó lejos de ti.
—Ya. ¡Ya! —le llamaste, pero él solo seguía caminando, dejándote atrás.
—Finalmente llegaron a tu casa. Entraste hasta la sala, con él siguiéndote.
—Solo espera aquí un rato —le dijiste, dirigiéndote a tu cuarto.
—Toma un baño mientras estás ahí —dijo.
Te oliste, debatiendo entre tomar un baño o solo echarte una buena cantidad de perfume.
—Apestas —te dijo, sin dejar lugar para argumentos.
Te mofaste, y te dirigiste al baño en lugar de tu cuarto. Pero tenía razón. Olías a pescado incluso después de haberte quitado la ropa. Rápidamente te duchaste, asegurándote de que no quedara una pisca de mal olor en tu cuerpo. Entonces saliste y miraste horrorizada el perchero de la toalla vacío.
—¡Omo! —exclamaste, nerviosamente, buscando una toalla—. ¡Uhg! ¡Mierda!
Miraste alrededor, esperando por algún mágico milagro.
—¡Ugh! ¡Cómo puedes ser tan estúpida JooRi! ¿Cómo puedes olvidarte una toalla? ¡Aish! —murmuraste, golpeándote la cabeza con un puño. Miraste tu ropa sucia. —¡Aish! ¡Estúpida! ¡Estúpida! —murmuraste, cuando también recordaste que no habías llevado ropa limpia para cambiarte. Estabas tan acostumbrada a que estuviesen tu madre y tú solas en la casa, que no había problema de caminar hasta tu cuarto para cambiarte.
Pensaste en volver a ponerte la ropa sucia, solo el tiempo suficiente para ir a tu cuarto. Levantaste la camisa e hiciste una mueca por el olor.
—¡Ugh! No podrá ser. ¿Cuál es el punto de haberme bañado si me volveré a poner esto? ¡Aish! ¡Qué haré!
—¡Ya! ¿Cuánto tiempo más te tomará? —escuchaste a LuHan gritarte desde la sala.
—¡Solo dame un minuto! —gritaste, pensando en que hacer.
—¡Llegaremos tarde!
—¡Solo dame un minuto, ¿sí?! —volviste a gritar agitada.
—¡Si no estás fuera en un minuto te dejaré y puedes olvidarte del proyecto!
—¡Aish! ¡Demonios! —jadeaste, mordiéndote las uñas.
Escuchaste un movimiento desde la sala y unos pasos alejarse.
—¡Ya, ya, ya! ¡¿Qué estás haciendo?! —exclamaste.
—¡Me voy! —contestó.
—No, no, espera. ¡No puedo salir! —Escuchaste como sus pasos se detenían.
—¿Qué quieres decir con que no puedes salir?
—Yo… puedes… ¿Puedes alcanzarme una toalla?
—¡¿Qué?!
—Olvidé traer una toalla —dijiste avergonzada. No contestó. Estuvo en silencio por un largo tiempo, en el que te preguntaste que debería estar haciendo—. ¡Ya! ¿Sigues ahí?
—¡Sí! ¡Sigo aquí! —contestó, sonando muy molesto.
—E-entonces, ¿podrías por favor traerme una toalla?
—¡¿Por qué olvidarías la toalla?! —espetó.
—No lo sabía. Quiero decir, usualmente mi toalla está colgada aquí. Mi mamá debe haberla lavado esta mañana —explicaste.
Escuchaste un suspiro de irritación. —¿Dónde?
—Uh, en mi cuarto. Encontrarás en la cómoda. El tercer cajón desde arriba —le dijiste. En ese momento, estabas tan avergonzada que solo querías desaparecer en el suelo lo antes posible.
Lo escuchaste caminar hacia tu cuarto y abrir el cajón. Le escuchaste exclamar algunas incoherencias antes de cerrarlo con un golpe.
—¿Hay algún problema? —preguntaste.
—¡Nada! —contestó, sonando más molesto que antes.
—¡Tercer cajón desde arriba! —le recordaste, nerviosa de que accidentalmente haya abierto uno de tus cajones de ropa interior.
Escuchaste otro cajón ser abierto y cerrado, luego sus pasos de nuevo. Unos segundos más tarde, estaba tocando la puerta. La destrabaste, abriéndola lentamente. Una cosa que odiabas de tu baño, era que quien fuera que lo había construido no tenía ningún estudio básico de carpintería. La puerta del baño habría hacia fuera, en lugar de hacia adentro, entonces era imposible esconderse si abrías la puerta.
Empujaste la puerta abierta, hasta dejar un mínimo espacio, solo para que tu brazo saliera. Sacaste la mano. Al sentir la suave textura de la toalla que te estaba alcanzando, rápidamente tiraste de ella hacia dentro, ansiosa por ponerla alrededor de tu cuerpo. Pero algo la atascó a medio camino, seguido por lo que pareció un sorprendido llanto de LuHan.
—¡Espera! —escuchaste decir a LuHan a la vez que volvías a tirar de la toalla. Tus ojos se ampliaron con horror, mientras la puerta se abría un poco, con el brazo de LuHan colándose en ella.
—¡AAAAAAAAAAHHHHHHHH! —gritaste, acercando la toalla a tu cuerpo.
—¡Espera! —dijo LuHan en pánico con la mitad de su cuerpo dentro. Te miró horrorizado, con nada más que una toalla cubriendo tus partes sensibles.
Volviste a gritar, corriendo hacia atrás, contra la pared ya que no había nada cubriéndote desde atrás. Él se metió incluso más al baño.
—¡MIERDA! ¡PARA! —dijo LuHan, tratando de alejarse, y la toalla se alejaba con él.
—¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO!? ¡VETE!  —gritaste, mientras tomabas la toalla con más fuerza, intentando que esta no se alejara de tu cuerpo.
—¡DEJA DE TIRAR! ¡ESTÁ ATASCADA EN MI BRAZALETE! —gritó.
Inmediatamente te congelaste. Miraste la mano que supuestamente aún tomaba la toalla, y viste que de hecho estaba enredada en el brazalete de LuHan.
—¡Mierda! —murmuró LuHan, girando su rostro para no verte.
—¿Qué debo hacer? —Entraste en pánico.
—¡Mierda! —repitió—. Escucha, suelta la toalla e iré afuera para desenredarla —dijo, rascando su cuello con la otra mano.
—¡No! —gritaste, presionando la toalla más fuerte contra tu cuerpo.
—¡No voy a mirar!
—¡NO! —El solo pensamiento de no tener nada puesto y LuHan aún dentro seguía siendo horripilante.
—¡¿ENTONCES QUE MIERDA QUIERES QUE HAGA?! —gritó con frustración.
—¡SOLO CALLATE! —gritaste, respirando con fuerza—. Voy… voy a desenredarlo. ¡Tú no debes ver! ¡No debes ver o juro que te mato!
—¡Entonces termina con esto!
—¡No te muevas! —dijiste, mientras suavemente caminabas detrás suyo.
—¡Mierda! —maldijo de nuevo, conteniendo el aliento.
Tomaste su mano, con la tuya temblando. Él se encogió cuando tocaste su muñeca, haciendo que lo mirases nerviosamente. Seguía mirando hacia otro lado. Rápidamente trabajaste, con las manos temblando, mientras le lanzabas miradas fugaces, asegurándote de que no te miraba.
—¡Apúrate! —te gritó. El sudor caía por detrás de su oreja, y su cuello se había puesto rojo. Su cuerpo estaba tan rígido, excepto por el ocasional temblor de su mano.
—¡Lo intento! —gritaste sin poder evitarlo. Pero era difícil desenredarlos usando solo una mano, mientras usabas la otra para mantener la toalla pegada a tu cuerpo. —Intenta tirar a la cuenta de tres. ¡Uno, dos tres! ¡Ugh! —gemiste con frustración, mientras tirabas de la toalla, LuHan también tiraba de su brazo en la dirección opuesta. Pero las dos cosas seguían juntas.
—¡Solo quita el brazalete! —ordenó. Su muñeca se estaba tornando roja por el cuero del brazalete irritando su piel por el constante tironeo.
—¡No puedo! ¡La maldita cosa sigue trabada! —le dijiste.
—¡Mierda! —maldijo de nuevo.
Diste otro poderoso tirón y la obstinada hebra de la toalla finalmente se desgarró, soltando el brazalete. Rápidamente caminaste hacia atrás mientras LuHan salía del baño con un fuerte golpe.
Exhalaste fuertemente, encogiéndote en el suelo. —¡Dios! —Respiraste, tomándote el pecho. Tu corazón estaba latiendo tan salvajemente que podías oír cada uno dentro de tu cabeza—. ¡Oh, Dios!



<<Anterior - Siguiente>>

Monster Academy[Trans] - Capitulo 46






Monstruos en la casa Parte 2

—¿En serio? —dijiste con incredulidad. Aunque los habías invitado, no esperabas realmente que aceptaran.
—Bueno entonces, ¡vamos! —les sonreíste.
—JooRi, ¿todo bien? —preguntó SeHun.
—¡Sí! Ellos vienen con nosotros —les dijiste.
—¡¿Qué?! —exclamó.
—¡Síp! —sonreíste, esperando que la explosión de SeHun no los ofendiera. Los otros no dijeron nada, y estuviste agradecida de seguir caminando sin ningún problema.
—¿Qué estaban ustedes dos haciendo aquí? —preguntó D.O. después de un rato.
—Negocios —contestó Kris, sin siquiera mirarlo. SeHun, LuHan y D.O. se miraron entre ellos, con evidente sospecha, pero no hicieron más preguntas.
El resto del camino a casa fueron, quizá, los quince minutos más extraños de tu vida. Todos estaban en silencio. Demasiado silencio. Un montón de veces intentaste comenzar una conversación, aunque fuera de algo extraño, pero no eras una buena conversadora, así que terminabas por cerrar la boca cada vez.
Finalmente llegaron a tu casa, sin encontrar a nadie fuera. Fuiste a la cocina donde viste a SuHo y Lay hablando con tu madre mientras ayudaban a cocinar.
—¡Oh, volviste! —dijo SuHo. Te aproximaste a tu madre mientras D.O. y los otros depositaban las bolsas con alimento en la mesa. Los otros no dijeron nada, haciendo a SuHo preguntar—. ¡Hey! ¿Qué pasa?
—Oh, uhm, Umma, traje a unos amigos de camino aquí. Ya que tenemos un montón de invitados, pensé en traerlos también —le dijiste a tu madre.
—Está bien, querida. ¿Dónde están?
—En la sala —dijiste, gestuando hacia ellos. Tu madre paró lo que estaba haciendo y fue con ellos. SuHo y Lay también la siguieron con curiosidad.
—Oh, hola —saludó tu madre cuando vio a Kris y Tao sentados en la sala. Viste a SuHo y Lay intercambiar miradas.
—Buenas tardes —saludó Kris, mientras los dos se levantaban y hacían una reverencia.
—Oh, no, no. Siéntense —sonrió—. ¿Cuáles son sus nombres?
—Oh, uhm. Él es Kris y él Tao —los presentaste—. Chicos, ella es mi mamá.
—Encantado de conocerla, ma’am —dijo Kris y estaba a punto de estrechar su mano cuando tu madre lo detuvo.
—Oh, lo siento, querido, pero mis manos están sucias. Estaba preparando la cena. Pero es bueno conocerte y tenerte aquí. Ahora siéntense aquí y relájense mientras vuelvo a la cocina. Lamentamos el pequeño espacio. Pero pueden unirse a los otros afuera.
—Sí, umma. Sobre eso. No los vi afuera. ¿Dónde están los otros? —preguntaste.
—Hey, hey. ¡Miren esto! —Escuchaste la voz de Chen y una serie de risas las cuales parecían venir de tu cuarto. Te apuraste para llegar a la puerta y la encontraste abierta, con todos dentro.
—¡¿Qué están haciendo?! —demandaste.
—Oh, volviste —dijo Kai, acostado cómodamente en tu cama con un manhwa en sus manos.
—¡¿Por qué están en mi cuarto?!
—Tu madre dijo que estaba bien —replicó ChanYeol, quien también estaba sentado en tu cama leyendo un manhwa.
—Intenté detenerlos —explicó XiuMin, quien estaba parado junto a la puerta.
Notaste la incómoda tensión en tu cuarto. Te giraste hacia BaekHyun y Chen, quienes estaban como estatuas en una esquina.
—¿Qué sucede? —demandaste.
—Nada —contestó Chen, mientras miraba algo por el rabillo del ojo. Seguiste su línea de visión, y observaste horrorizada el cajón abierto de tu ropa interior.
—¡NOOOO! —chillaste, corriendo hacia él y cerrándolo con fuerza—. ¡¿Qué se piensan que hacen?!
—¿Chicos, todo bien? —Lay, quien aparentemente oyó la conmoción, asomó su cabeza en el cuarto, seguido por LuHan y SeHun, quienes entraron al ver a los otros dentro.
—Lo siento, JooRi. No sabíamos qué era esa clase de cajón. Solo queríamos buscar más comics —explicó BaekHyun.
—Es verdad. Lo sentimos —dijo Chen, sosteniendo tus panty con patrón de frutillas.
—¡AAAAAAAAAAAAAAH! —chillaste de nuevo, tomándola rápidamente y escondiéndola bajo tu falda.
—Se cayó cuando abrí el cajón. No lo saqué, ¡lo juro! —dijo Chen, levantando sus manos.
—¿Esas eran frutillas? —preguntó SeHun.
—¡Cállate! —le gritaste. Escuchaste a LuHan y Kai reír, mientras los rostros de los demás se tornaban rojos al intentar no reír, excepto, quizá, por Lay y XiuMin.
—Chicos, es grosero entrar en el cuarto de alguien más sin permiso —los reprimió Lay.
—Pero omoni dijo que estaba bien —razonó ChanYeol.
—Incluso así. Vamos, todos fuera —les dijo Lay.
—JooRi, ¿podemos llevar algunos comics afuera? —preguntó ChanYeol, aunque ya llevaba algunos consigo hacia la puerta. Rápidamente depositaste tu panty nuevamente en el  cajón.
—Lay vio mi ropa interior de frutillas —gemiste para ti misma—. ¡Aaaarrggh! ¡Esos idiotas!
—¡Whoa! —Escuchaste decir a ChanYeol, seguido de una serie de golpes.
Saliste y lo encontraste mirando con shock a Kris y Tao, los manhwas que estaba sosteniendo ahora reposaban en el suelo.
—¿Por qué están aquí? —preguntó a los otros.
—Yo los invité —dijiste rápidamente, caminando hacia ellos.
—¡¿Tú qué?! —dijo ChanYeol, mirándote incrédulo.
—Yo los invité —Te encogiste de hombros, mirando los rostros sorprendidos de aquellos que no sabían que esos dos estaban ahí.
—Vamos, chicos, se está volviendo muy apretado aquí. Vamos afuera y démosle a este cuarto algo de aire —dijo Lay, tratando de romper la tensión. Los otros se dirigieron fuera, pero ChanYeol se quedó atrás y te arrastró hacia una esquina.
—¡¿En qué estás pensando?! —susurró.
—¿Qué? Los vi en el camino y los traje, ya que tenemos suficiente comida, los invité a que se uniesen a nosotros —dijiste a la defensiva.
—¿No querías traernos aquí y aun así los invitaste? —dijo enfadado.
—Bueno, ya que están todos pensé que no dañaría a nadie traer dos personas más —explicaste.
—No lo entiendo. ¿Por qué ellos? ¡Quiero decir, no son parte de nosotros! No son parte del equipo.
—ChanYeol ah, son mis amigos también. Vamos, no tienes que hablarles si no quieres —dijiste.
—Como sea —resopló y salió con los demás.
—Déjalo ser. Va a estar alrededor pronto —susurró Lay, palmeando tu hombro. Le dio una sonrisa a Kris y Tao antes de desaparecer en la cocina.
—Lo siento por ChanYeol. Solo tuvo un mal día. Pueden unirse a nosotros fuera. Está más fresco —les dijiste a Kris y Tao.
—Gracias. Pero nos gustaría quedarnos aquí por un rato —contestó Kris.
—Está ben. Pero si realmente se sienten con ganas de ir afuera, son bienvenidos a unirse a nosotros —les dijiste, realmente sin querer forzarlos a nada. Te dirigiste a la cocina para ver a tu madre. —Umma, ¿necesitas alguna ayuda?
—No, cariño. Resulta que ya tengo toda la ayuda que necesito —dijo tu madre, sonriéndoles a SuHo, Lay y D.O.—. ¿Por qué no vas a entretener a tus otros invitados?
—Estoy muy segura de que no me necesitan para eso. Pero está bien —bromeaste.
Pasaste por la sala, cuando te dirigiste fuera, y te fijaste que Kris y Tao ahora estaban mirando las fotos colgadas, antes de salir con los otros.
—Es su casa —estaba diciendo XiuMin cuando te aproximaste a ellos.
—Chicos —les dijiste. ChanYeol te frunció el entrecejo y volvió su rostro hacia el manhwa que estaba leyendo. Suspiraste—. Mira, sé que a algunos de ustedes no les caen bien. Pero no tienen que hablar con ellos si no quieren. Podemos solo cenar juntos.
—Creo que no son malos. Hablé con Tao antes y está bien —mencionó SeHun, refiriéndose a cuando le dijiste que ayudase a Tao.
—Eso no cambia el hecho de que son raros —se mofó ChanYeol.
—Está bien, JooRi. Pero sigue siendo un poco sorprendente que los invitaras. Sé que eres amiga de ellos y todo eso, pero no creo que sean así de cercanos —dijo BaekHyun, ignorando a ChanYeol.
—Bueno, no. No soy tan cercana a ellos. Quiero decir, no creo que nosotros seamos tan cercanos —admitiste.
—Entonces, ¿por qué los invitaste? —preguntó XiuMin, sin sonar juzgante o persecutivo.
—No lo sé —suspiraste y te sentaste con ellos—. Solo… solo siento tristeza cada vez que los veo, ¿saben?
—¿Tristeza? Son más tenebrosos, si me lo preguntas —dijo Chen.
—Bueno —dijiste, encontrando difícil explicar cómo te sentías—. Es solo que… siempre están solos. Bueno, no realmente solos porque se tienen entre sí, pero ya saben, no parecen tener otros amigos aparte de ellos mismos. Y la gente los evade a pesar de que son un poco populares, lo cual es algo que sigo sin entender.
—Bien, definitivamente no es la culpa de los demás. Quiero decir, míralos. Sus caras te hacen correr incluso antes de que digan “hola, seamos amigos”. Quizá si dejaran de verse así y actuar de esa manera, podrían tener más amigos —dijo ChanYeol.
—¿Y por “esa manera” te refieres a? —preguntó BaekHyun.
—Oh, ya sabes lo que quiero decir. ¡Así! Así como si quisieran asesinarte en tres segundos… vibra… lo que sea —replicó ChanYeol.
—Quizá la gente no le da siquiera esa posibilidad —dijiste, encogiéndote de hombros.
—Sí, puede ser —se burló ChanYeol.
—Chicos —dijo XiuMin—. Está bien, JooRi. Te entendemos. ChanYeol está un poco… choqueado. Ya sabes que nunca le gustaron esos dos.
—Apuesta que no —dijo ChanYeol—. Algo sobre ellos no se siente bien.
—Pero los salvaron a ti y a Kai —le dijiste.
—No puedes argumentar contra eso —dijo Chen.
—Mira, no los forzaré a ser cercanos a ellos o algo como eso. Pero al menos pueden ser un poco más ¿corteses? Solo por hoy. Solo amigos casuales, o gente que conocen de la escuela, nada especial.
—¿Qué sobre una cena de agradecimiento? —bromeó ChanYeol.
—Algo como eso —asentiste.
—Está bien por mí —contestó Kai. Viste como el resto se encogía de hombros en asentimiento.
—Lo siento por hacerles sentir tan raros —dijiste.
—No, está bien, JooRi. Solo estamos sorprendidos. Y ChanYeol, aquí, solo está haciendo un berrinche —dijo BaekHyun, palmeando la cabeza de ChanYeol.
—¡No lo estoy! —gritó ChanYeol, golpeando la mano de BaekHyun.
—Awwww. Pobre Yeollie. Míralo. Va a llorar —lo tentó SeHun.
—¡Cállate! —gritó ChanYeol, intentando agarrar a SeHun, quien se escondía tras LuHan.
—Pero, JooRi, he estado intentando no preguntar algo que muero por saber —dijo Chen.
—¿Qué?
—¿De verdad usas pantys de frutillas? —Lo miraste sorprendida, sin ser capaz de hablar—. Quiero decir, entiendo si amas las frutillas, pero ¿ese tipo de cosas no son para niñas pequeñas? Como preescolar.
—¡No uso pantys de frutillas! —gritaste.
—¿Qué hay sobre esas…?
—Ese fue un regalo de mi mejor amiga y ella solo pensó que sería divertido —te defendiste.
—Oh. Está bien. Pero sabes que en caso de que de verdad te gusten, no te juzgaremos —dijo Chen.
—Sí, no necesitas negarlo, JooRi. Seguiremos siendo tus amigos —se unió BaekHyun.
—Estoy bien con las pantys con frutillas —Kai sonrió de lado.
—¡No uso ropa interior de frutillas! —explotaste, haciéndoles reír—. ¿Por qué estamos hablando de mi ropa interior? ¡Es tan inapropiado! —gritaste, haciendo que se rieran aún más. Reíste con ellos, dándote cuenta que en realidad era para romper esa extraña tensión.
—¿Qué es ese olor? —dijo XiuMin, oliendo a LuHan, quien seguía teniendo el perfume de tu madre.
—Ugh, esto se pegó a mi ropa —se quejó.
—¡Oh! Hablando de eso. ChanYeol ah, iré a limpiar esa mancha de tu remera —recordaste—. Déjame buscar algo para que te pongas.
—No lo necesito —dijo, quitándose la remera y lanzándotela—. Está caluroso de todas formas.
—Ni siquiera pienses pasearte por la casa de alguien más desnudo —reprimió BaekHyun, golpeando a ChanYeol ligeramente en la cabeza.
—¡YA! —gritó ChanYeol, devolviendo el golpe.
—¡JooRi yaaaaah! —Una voz femenina llegó desde fuera de la verja, tras una serie de ruidos.
—¡Oh! —exclamaste ansiosa y corriste hacia la puerta. La abriste, revelando a una entusiasmada HyeBin.
—¡Kyaaaaaaa! —chillaron ambas, abrazándose fuertemente mientras saltaban.
—¡Dios! ¡Te extrañé! Me he escapado de mi grupo para el proyecto solo para verte —dijo.
—Te extrañé también —murmuraste. Entonces, después de un momento, te diste cuenta de que ella no estaba saltando. Había dejado completamente de moverse, o incluso de respirar—. ¿HyeBin ah? —murmuraste, liberándote de su abrazo. Ella solo miraba con los ojos muy abiertos, al igual que su boca, a los chicos que también se habían quedado viéndolas. Ella te observó, aún con su boca abierta.
—¡Oh! Son de la escuela —explicaste.
—¿Esos guapos de muerte son compañeros de MA? —preguntó, asombrada—. Espera, ¿son del equipo de fútbol del que me hablaste?
—Sí —contestaste extrañada.
Les volvió a mirar, deteniéndose momentáneamente en el medio desnudo ChanYeol, antes de volver a verte, notando la camiseta que tenías en la mano.
—¡Oh! Estaba a punto de limpiar una mancha que hice en su remera —explicaste rápidamente.
—¡Por Dios, JooRi! ¡Parecen celebridades! —exclamó en un susurro.
—Uhm, supongo que tengo que presentarlos.
—¡No, espera, espera, espera! —susurró ella, deteniéndote en el lugar—. ¿Me veo bien? Oh, creo que mi rostro está sudando, ¿cómo está mi cabello?
—Te ves preciosa —reíste entre dientes—. Siempre lo estás.
—Okey, okey —murmuró, calmándose. Ambas caminaron hacia ellos, cuando te tomó de nuevo, frenándote—. ¡Espera! ¿Cuál es tu novio?
—¡Ninguno! —contestaste riendo.
—¡¿Qué?! Estás bromeando, ¿cierto? —dijo incrédula.
—Solo son amigos. Todos ellos.
Sacudió la cabeza en desconcierto. —Eres increíble. Todos estos chicos ardientes alrededor y no tomas ni un maldito novio. De todos modos, vamos. Estoy lista para conocer a estas bellezas.
Te aproximaste a los chicos con HyeBin detrás, constantemente moviendo su cabello.
—Uhm, chicos. Ella es mi amiga, HyeBin —les dijiste. Le presentaste a HyeBin cada uno de ellos y hubo un breve intercambio de “gusto de conocerte “ y “¿cómo estás?”. Como era de esperarse, ChanYeol, BaekHyun y Chen fueron sobre ella como una manada de lobos hambrientos. HyeBin, por otro lado, estaba impresionantemente compuesta, aunque tras conocerla bien, te dabas cuenta de que sus ojos brillaban como si fuesen luces de Navidad.
—Oh, JooRi ah, ¿dónde está omoni? —preguntó.
—En la cocina, haciendo la cena.
—Iré a saludarla.
—Bien, iré a arreglar esto rápidamente atrás —le dijiste, refiriéndote a la remera de ChanYeol. Cuando habías terminado de lavarla, HyeBin se acercó a ti.
—Hay más dentro —dijo, viéndose aturdida.
—¿Qué? —preguntaste, sin darte cuenta de lo que decía.
—Tus apuestos amigos —contestó.
—Oh, sí. Olvidé presentártelos. Lo siento. Pero supongo que ya se conocieron.
—¡Apuesta que sí! ¡Por Dios! ¡Cuando te pregunté en el teléfono sobre si eran guapos, no creí que fueran así de guapos! —golpeó tu hombro.
—¿Pero están bien?
—¿Me estás cargando? ¡Son malditamente geniales! ¡Hermosos! ¡Asombrosos! Y no sé qué más agregar. Son como un nivel “Dios” de guapos. ¿Estás segura que no son alguna clase de modelos o una academia de celebridades o algo?
—No. Pero te sorprenderías más si realmente supieras la academia a la que asisto —dijiste, mientras terminabas de colgar la remera de ChanYeol.
—¿Por qué? ¿A qué clase de academia estás asistiendo?
—¡¿Qué?! —murmuraste, sorprendida. No fue tu intención decirlo en voz alta.
—Acabas de decir que me sorprendería si realmente supiera la clase de academia a la que estás asistiendo. ¿Qué clase de escuela es la academia M?
—¡Oh! Yo, hum… quise decir que es muy… muy difícil. Ya sabes, tienen exámenes todas las semanas, muchos deberes y molestos proyectos de clase y esas cosas. ¡Es tan difícil que moriré!
—Oh. Pero ¿no sabías eso antes de aplicar para esa escuela? Todo el mundo sabe que la academia M es esa clase de escuela.
—Uhm, bueno… no esperaba que fuese así de difícil —dijiste.
—Te sirvió para dejarme atrás rápidamente —hizo un mohín.
—¿Qué dices?
—Solo bromeaba —rió, mientras ambas caminaban de regreso a donde estaban los otros. Los chicos estaban atascados en una nueva canción en la radio.
—¡Omo! Chen, BaekHyun, ¡tienen voces increíbles! ¡No sabía que cantasen tan bien! —dijiste sorprendida.
—Gracias —dijo BaekHyun genialmente.
—Ellos cantan en algunos de los eventos de la escuela —te informó SeHun—. Los verás pronto en un montón de actividades de la escuela.
—HyeBin, JooRi ah, ¿alguna canción que quieran que toque? —preguntó ChanYeol.
—No soy una persona de mucha música. —Te encogiste de hombros.
—Déjame pensar… ¡Oh! ¿Puedes cantar la vieja canción “Hug”? Realmente amo esa canción —dijo HyeBin.
ChanYeol comenzó a rasgar expertamente. Los otros que conocían la canción comenzaron a cantar. No sabías la letra pero asentías ante el familiar ritmo. HyeBin cantaba felizmente, aunque estuviese fuera de tono. Tocaron otra canción la cual era completamente desconocida, aunque encontraste las letras “estoy a tan solo un latido de corazón” perdidas en tu cabeza e inconscientemente cantabas en esas partes.
Sonreíste mientras mirabas a HyeBin y los otros. Ella encajó rápidamente con los chicos, aunque solo se hubiesen conocido hacía un par de minutos. Algunas veces te sentías celosa de HyeBin, pero no del modo malicioso. Aunque ambas eran mejores amigas, podías decir que eran completamente opuestos. Ella era linda, atrevida, extrovertida y amigable desde el punto en que cualquiera de tu antigua escuela parecía conocerla. Te preguntabas como sería si fueras como ella, si algunas cosas realmente serían diferentes, incluso aunque fueras Clase D.
Quizá los otros estudiantes no me odiarían tanto, pensaste. Sentiste algo presionar tu frente, justo entre las cejas.
—¿Sabías que frunces el ceño siempre que estás pensando? —dijo Kai, presionando su pulgar más fuerte sobre tu frente, mientras lo movía en círculos.
Miraste a Kai unos instantes antes de volver a tus sentidos. Kai sacó su pulgar mientras acariciabas tu frente distraídamente.
—Yo… creo que iré a ver cómo está la cena —dijiste y te dirigiste dentro. Pasaste junto a Kris y Tao, quienes extrañamente estaban sentados en la sala. Parecían fuera de lugar. Como si fuesen alguna clase de nobles que se habían perdido en alguna quinta campesina. Ni siquiera te sintieron pasar y te sentiste aliviada de no tener que preguntarles algo como si estaban bien o necesitaban algo. Sabías que era tu trabajo como anfitrión, pero no eras realmente del tipo social u hospitalario.
—¿Algo que necesites, JooRi? —preguntó SuHo cuando metiste tu cabeza en la cocina. Los otros también te miraron.
—Solo vine a ver —contestaste—. Wow, este lugar huele como el cielo.
—JooRi ah, ¿por qué no llevas las cosas para cenar afuera? Terminaremos en unos momentos —dijo tu madre.
—Está bien —contestaste, casi babeando sobre el pollo de D.O., el único plato no coreano que viste. —Chicos, la cena casi está terminada. ¿Les importa ayudarme a acomodar todo? —les dijiste al llegar fuera. Todos cortésmente se levantaron, limpiando la plataforma y los bancos—. Entonces, pondremos la comida en la plataforma, por favor, ayúdenme a traer los bancos aquí alrededor —instruiste.
—Déjanoslo a nosotros —dijo ChanYeol.
HyeBin y tú cubrieron la plataforma con manteles blancos mientras los chicos movían los bancos.
—¡Oh por Dios! —exclamó HyeBin de repente, cuando vio a XiuMin cargando calmadamente dos bancos largos de madera. Todos la miraron curiosos—. ¿No soy demasiado pesados? —le preguntó a XiuMin.
Diste un par de pasos hacia atrás, para que HyeBin no te viese, y moviste tus brazos como loca, formando una X. —Ella no sabe —moviste los labios para que te entendiesen. La expresión de los chicos cambió a una que sugería que te entendían, entonces a otras nerviosas.
—¡Oh! E-n realidad… —tartamudeó XiuMin.
—Cierto, ¡Umin hyung! Es malo para tu columna. Aigoo —mintió Chen, ayudando a XiuMin. Los otros hicieron lo mismo, y cargando uno cada dos. HyeBin pareció creerle, y volvió a arreglar la mesa improvisada. Suspiraste con alivio, tu corazón latía como loco.
SuHo salió un instante luego, cargando los platos. Kris y Tao, para tu sorpresa, lo seguían llevando dos platos más. Todos miraron al peculiar sitio. Esos dos haciendo quehaceres no se veían bien. SuHo tampoco, siendo el billonario del grupo.
—¡Omo! —exclamó SuHo, tropezando con los zapatos de alguien junto a la puerta. Se desvió bruscamente, intentando recuperar el balance, mientras la comida se inclinaba peligrosamente hacia abajo.
—¡Oh no, oh no, oh no! —murmuraron ChanYeol, BaekHyun y tu casi simultáneamente.
Pero antes de que la comida cayera, SeHun ya estaba ahí, ayudando a SuHo.
—¡Cuidado, hyung! —exhaló SeHun. El resto suspiró con alivio.
—¿Cómo llegaste ahí tan rápido? —preguntó HyeBin, viéndose realmente sorprendida.
—Ah-yo estaba junto a él y corrí lo más rápido que pude —tartamudeó SeHun.  
—No, estabas justo ahí, ayudando a LuHan con el banco —argumentó, señalando a LuHan, quien estaba a cuatro metros de SuHo.
—No, HyeBin. Verás, él corrió hacia SuHo cuando vio la comida, incluso antes de  que SuHo hyung cayera. Quizá no lo notaste. Así que cuando SuHo hyung tropezó, ya estaba junto a él —Chen sonrió inocentemente.
HyeBin miró a Chen y SeHun con sospecha. Finalmente se encogió de hombros. —Supongo que tienen razón. Quiero decir, como más pudo SeHun llegar tan rápido, ¿no? ¡Es totalmente imposible! Soy tan tonta —río.
—¡S-sí! Es totalmente imposible —río SeHun nerviosamente, junto a los otros.
¡Oh Dios! Espero que esta noche no termine en desastre.
D.O. llego llevando otra tanda de platos. —SeHun ah, ve a ayudar a omoni con los otros platos —ordenó.
—Entendido —dijo SeHun.
—¿Desde cuándo ustedes dos están arreglados? —preguntó SuHo, sorprendido.
—La magia de JooRi —contesto BaekHyun mientas movía sus manos en el aire para mayor efecto. SuHo te miró con curiosidad.
—Solo les di un tiempo a solas. —Te encogiste de hombros.
—Realmente sabes trabajar en esa área. —XiuMin te palmeo el hombro.
Todos los platos estaban eventualmente sobre la mesa improvisada y todos tomaron asiento en los bancos.
—Bien, ¡adelante! —dijo tu madre. Puedes decir que todos los que estaban mirando la comida atacaron instantáneamente los platos, excepto quizá, por Kris y Tao, quienes se quedaron quietos en una esquina, esperando a que todos terminaran de servirse.
—¡Dios! ¡Este pollo es asombroso! —gimió HyeBin, masticando un ala.
—D.O. Lo cocinó —le informó Lay.
—¡Oh! Es un excelente cocinero y gran ayuda en la cocina —le hizo un cumplido tu madre.
—Gracias —contestó D.O. Simplemente. Pero pudiste ver que su rostro comenzaba a verse rosado.
—Serás un gran marido algún día —le dijo tu madre.
—Más como una esposa —dijo Chen, haciendo a los otros reír.  
—¿Qué hay de ustedes, chicos? —le preguntaste a Kris y Tao, quienes comían calladamente en una esquina. Parecían sorprendidos de que les hubieses hablado—. ¿Qué les parece la comida? —alentaste.
—Es muy buena —contesto Kris—. Has hecho una excelente comida, ma’ma —le dijo a ti madre.
—¡Tiene razón, omoni! ¡Todo está delicioso! Hace tiempo que no comía nada hecho en casa —agregó BaekHyun.
—¡Gracias a todos, queridos! Estoy feliz de que les gustara —dijo tu madre felizmente.
Todos encararon una ligera charla. Parecías preocupada sobre Kris y Tao, pero agradeciste al ver a XiuMin hablando con ellos. Recordaste que XiuMin estaba interesado en unirse al Club de Artes Marciales. BaekHyun y Lay se unieron más tarde a esa conversación. Sonreíste felizmente.
—Entonces, JooRi, ¿cuál es tu novio? —preguntó tu madre repentinamente.
Te atragantaste con la comida, tosiendo violentamente. HyeBin te alcanzó un vaso con agua mientras palmeaba tu espalda. —¡Umma! —exclamaste.
—Vamos, no seas tímida. ¿Cuál? —dijo, mirando a los chicos casi con un brillo tenebroso en sus ojos.
—Ninguno, Umma. No tengo novio —le dijiste.
—¿Eso es verdad?
—Ella dice la verdad, omoni, ninguno de nosotros es su novio —SuHo río entre dientes.  
—Aún —escuchaste murmurar a Chen, usando su sonrisa maligna patentada—. Omoni, suponiendo que alguno de nosotros fuera el novio de JooRi ah, ¿estaría bien con eso?
—¡Por supuesto! ¿Por qué no? Estoy esperando por qué esta chica me presente finalmente un novio —contestó.
—¡Eso nos hace dos, omoni! —intervino HyeBin.
—Omoni, si escogiera a alguno de nosotros, ¿quién le gustaría que fuese el novio de JooRi? Solo por diversión —probó Chen.
—¡¿Qué?! —Sacudiste la cabeza hacia Chen.
—Oh. Esa es una pregunta muy difícil. ¡Todos son demasiado guapos! Sería feliz con cualquiera de ustedes, sinceramente. —Ella chilló como una chica de escuela.
—Pero si tuviese que escoger uno para JooRi, ¿quién sería, omoni? —instó BaekHyun.
—Aigoo —río, escaneando los rostros de cada uno—. Bueno, si tuviera que escoger, sería entre SuHo y Lay.
—Aahhh —dijeron algunos chicos, palmeando las espaldas de los nombrados.
—Siempre son los favoritos de las madres —dijo BaekHyun.
—¿Por qué ellos, omoni? —preguntó SeHun curioso.
—Bueno, los tuve un tiempo cocinando conmigo y son unos jóvenes muy responsables. Y Lay se ve muy bien con las ropas de mi marido —río.
—Debes de haber parecido irresponsable. Fuiste el único que estuvo en la cocina y omoni no nombró —dijo ChanYeol riendo, a D.O.
—¡Omo! Por supuesto que D.O. está bien también. —Tu madre volvió a reír—. Es solo que parece tan tenso que probablemente no podría encargarse de la torpeza y tonterías de mi hija. Me compadezco de él si llegase a suceder —explicó.
—¿Pero qué dices? —Hiciste un mohín.
—Siéntanse libres de cortejar a mi JooRi si planeaban hacerlo. Tienen mi bendición —dijo.
—¡Umma! —exclamaste avergonzada.
—Chicos, en caso de que se pregunten, también estoy soltera —dijo HyeBin, haciendo que todos rieran más.  
La cena más maravillosa que habías tenido en años finalmente terminó. Todos ayudaron a limpiar la improvisada mesa. Tu madre quiso lavar los platos, pero no la dejaste hacerlo.
—Umma, has trabajado todo el día y cocinaste un montón. Déjame encargarme de esto.
Algunos de los chicos se ofrecieron para ayudarte con los platos, pero declinaste, diciendo que el fregadero era demasiado pequeño para todos, lo cual era cierto.
—Le ayudaré —le dijo Lay a los demás. Entonces ambos fueron a lavar los platos.
—No tienes que. Debes estar cansado de cocinar —le dijiste.
—Estoy bien. Tu madre y D.O. hicieron casi todo el trabajo.
—Geez. Me siento mal, ya sabes. Eres mi invitado y te estoy dejando hacer esto incluso después de que ayudaras con la comida.
—Está bien, en serio —insistió.
—Si lo dices, Sr. Lobo —replicaste y él río.
—Tu madre es una persona maravillosa.
—Gracias —le sonreíste—. Puede ser un poco molesta a veces, pero no podría desear una mejor madre. Oh, por cierto, siento lo de más temprano. En la cena. Ella siempre quiso que tuviese novio, no le hagas caso.
—No, está bien. Estaba feliz, en realidad.
—¿En serio? —preguntaste, tu estómago se revolvió de repente.
—Sí. Estoy agradecido de que piense que soy responsable —sonrió.
—Oh —murmuraste algo decepcionada.
—Tu madre te atesora. Y quien fuera tu novio, espero que aprecie tanto como ella lo hace —sonrió.
—Gracias —contestaste, sin ser capaz de sonreír. Asintió y se enfocó en los platos.
Seguiste mirándolo por un momento. No tenías demasiadas memorias sobre tu padre. Pero mirando a Lay, recordaste cuando él ayudaba a tu madre con los platos mientras tú estabas sentada en la mesa de la cocina, mirándolos cantar alguna canción de comercial de ramen. Tu madre tenía razón. Se veía bien con las ropas de tu padre.
Tú y Lay volvieron afuera cuando terminaron con los platos. Agradeciste al ver a XiuMin, SeHun y BaekHyun hablando con Tao mientras Kris estaba sentado pacientemente escuchando la conversación. HyeBin hablaba con Kai y D.O. Mientras tu madre reía sobre algo que Chen y SuHo habían dicho. ChanYeol y los otros estaban tocando la guitarra de nuevo. No tenías idea sobre qué esperar cuando los llevaste ahí, pero volviendo atrás, era una de las mejores noches de tu vida.
Y nadie ha dicho nada horrible sobre tu casa.
Finalmente llegó la hora de irse. Todos daban sus gracias y decían adiós y ahora estaban en la cerca.
—JooRi, omoni, gracias de nuevo por invitarnos y la fantástica cena —decía SuHo.
—No hay de qué, queridos. ¡Gracias a ustedes también! Fue lindo tenerlos a todos aquí. Vengan de nuevo —dijo tu madre.
—Definitivamente —contesto Chen.
—Los dejo ahora. Volveré dentro —dijo tu madre y se dirigió a la casa.
—¿HyeBin, por qué no vamos todos juntos y te acompañamos a tu parada de bus? —ofreció SuHo.
—Gracias, pero JooRi y yo tenemos una fiesta de pijamas —declinó.
—¿Tenemos? —preguntaste.
—Sip. Lo decidí hace dos minutos. Tenemos muchas cosas que discutir —te dijo.
—Entonces nos vamos —dijo SuHo.
—Oh, esperen. Los acompañaremos a la parada de bus —dijiste.
—No es necesario. ¿Qué tiene de útil hacerles caminar hasta allí si después tendrán que volver aquí? —río Lay.
—Vayan y descansen. Conocemos el camino —aseguró SuHo.
—Gracias, Song JooRi shi —te agradeció Tao.
—Te lo dije, solo JooRi. Y no hay de qué —contestaste.
—Gracias —dijo Kris. Asentiste, sonriendo.
Finalmente se fueron. Cerraste la puerta con un suspiro feliz, antes de dirigirte dentro con HyeBin. Ella fue a llamar a su madre mientras hacías algunas limpiezas de último momento. Estabas reordenando la sala apropiadamente cuando te diste cuenta que tu fotografía familiar no estaba. Decidiste preguntarle a tu madre sobre ello. Ella estaba en su cuarto, guardando la remera de tu padre que Lay había usado hacía un rato, cuidadosamente, con una mirada sentimental grabada en su rostro.
—Umma —llamaste antes de entrar. Te sentaste junto a ella y también miraste la remera.
—¿Qué sucede, JooRi ah?
—Mientras limpiaba noté que nuestra fotografía familiar no estaba. Quería preguntarte si la habías guardado, Umma —le dijiste.
—Debo haberla guardado en otro lugar. No te preocupes, la buscaré. Entonces, ¿te divertiste esta noche? —preguntó.
—Sí —asentiste.
—No puedo recordar la última vez que esta casa estuvo tan viva —rió—. Ha estado tan tranquila desde que… —no terminó la oración.
—Umma —murmuraste, colocando una de tus manos sobre la suya.
—Estaba muy feliz esta noche. Cuando me llamaste la última vez, pensé que algo iba mal y no querías contarme. Sé que debe ser muy difícil para ti, cambiar de repente de escuela y ajustarte a tu nueva vida. Cuando pienso como pudo ser, estar rodeado de extraños, y criaturas de las que no sabías, enfrentarte a un nuevo y mundo desconocido, puedo imaginar que tan asustada podrías estar. Seguí pensando que estarías llorando sola cada noche, o si tendrías un tiempo difícil ajustándote. Qué si los otros chicos no eran buenos contigo. Qué si tenías que enfrentarte a todos tú sola. —Sacudió la cabeza—. Estás enfrentando una fase difícil en tu vida. Y tu padre, la única persona que podría guiarte en esos cambios no está aquí para ayudarte. Pensé un millón de veces llamar a la escuela y decirles que quiero retirar tu admisión. Pero no puedo ayudarte a mi manera, JooRi ah. Necesitas de ellos. Gente como tú. Y eso lo vi hoy, al verte reír con tus amigos, y notar como cada uno de ellos se preocupa por ti, hizo que mi corazón se tranquilizara. Es suficiente para mi saber que sean cuales sean las dificultades que debes experimentar en tu nueva vida, no estás sola.
—Umma —fue todo lo que pudiste decir sin que tu voz se quebrara.
—Has encontrado buenos amigos, JooRi ah —te sonrió, poniendo su otra mano sobre la tuya, palmeándola. Solo sonreíste y asentiste.
HyeBin finalmente se sentó sobre tu cama, un minuto después de haberse cambiado a ropas más cómodas.
—¡Dios! ¡Sigo sin poder creerlo! —estaba diciendo.
—¿Qué?
—Que hayas traído a todos esos chicos a tu casa, y ni uno de ellos es feo. ¡Ni siquiera promedio! ¿Sabes lo sorprendida que estaba? ¡Parecía que estuviesen haciendo un photoshoot en tu patio! No puedo creer que esos sean los rostros que ves todos los días —dijo sacudiendo la cabeza—. Dime, ¿quién de ellos está disponible y quién no?
—Bueno —pensaste—. No estoy segura. Ahora que lo pienso, no lo sé.
—¿Qué? ¿Y te llamas amiga de ellos? —rió sarcásticamente.
—Quiero decir, no los he visto con ninguna chica de la escuela, pero tampoco he preguntado si tienen novias en casa. Solo no les pregunto de esas cosas.
—Mujer, eres floja —gruñó.
—Estoy segura que Chen, BaekHyun y ChanYeol son solteros. Se la pasan coqueteando con chicas. Y ChanYeol una vez me preguntó si podía presentarle alguna amiga que conociera.
—¿Qué hay de D.O.? ¿Tiene novia? —preguntó.
—¡¿Te gusta D.O.?! —preguntaste sorprendida.
—Mh-hm —asintió.
—¡¿Por qué?!
—Lo encontré más atractivo que el resto —Se encogió de hombros—. Todos son guapos, pero D.O. tiene esa aura de misterio y peligro, ya sabes.
Frunciste el ceño, pensando que la descripción iría más con Tao o Kris.
—Pero tampoco es tan distante, como esos dos chicos chinos, olvidé sus nombres —continuó, contestando lo que pensabas.
—Kris y Tao.
—Cierto, Kris y Tao. Quiero decir, D.O. parece dar miedo, pero puedes seguir acercándote a él, ¿entiendes?
—Mmm —solo murmuraste. Pensaste en JiMin, a quien también le gustaba D.O. Nunca habías entendido porqué lo había escogido a él. No es que no lo apreciaras, pero siempre pensaste que a las chicas les gustaban los chicos dulces para novios, más como SuHo, Lay o XiuMin.
—¿Qué pasó contigo y JongHyun? —preguntaste, recordando lo que había dicho sobre estar soltera.
—No funcionó —dijo simplemente.
—Pero… ustedes hicieron… ya sabes.
Ella rió. —Sí. Pero no quiere decir que estaremos juntos para siempre porque lo hayamos hecho.
—¿Pero no se siente feo? Quiero decir, le entregaste todo y terminaron… rompiendo —Te encogiste de hombros en la última palabra.
—La vida sigue —dijo con simpleza—. Mira, no es un buen trato. Quizá lo entiendas una vez tengas tus experiencias.
—¿Por qué no me dijiste?
—No quería preocuparte sobre eso. Ni siquiera lloré. Además, no estábamos tan bien incluso antes de que te fueras. Lo único que hacíamos entonces era estar por ahí. Ya sabes. Pero los sentimientos, ya no estaban.
Frunciste el ceño. No podías imaginar cómo era dar tu todo a una persona solo para terminar luego. Parecía un horrible y trágico proceso. Como si perdieses algo precioso que nunca fueras a recuperar.
—¿Qué hay de ti?
—¿Qué? —preguntaste, volviendo tu mente a HyeBin.
—¿Quién te gusta? Y no me digas que ninguno porque definitivamente no te creeré después de ver a esos chicos —dijo.
—Bueno… me gusta Lay —dijiste, abrazando la almohada más cerca de tu cara.
—Me di cuenta. Parece tu tipo —asintió—. Entonces, ¿han salido o algo?
—¿Qué? ¡No!
HyeBin te miró, estudiando tu reacción. —¿Acaso sabe que te gusta?
—¡Por supuesto que no!
HyeBin suspiró, golpeándose la frente. —No puedo creerlo.
—¿Qué?
—¿Cuándo planeas hacerlo? ¿Vas a esperar a que venga alguien y te lo quite?
—No planeo hacer nada. No estoy realmente apurada por conseguir un novio o nada, ya sabes. Y si estamos destinados a ser, eso ocurrirá tarde o temprano.
—Eres tan de la era antigua —dijo sacudiendo la cabeza—. Pero, oh, bueno. Eso es lo que eres. Mi torpe, anticuada, y más que nada, estúpida mejor amiga.
Reíste ligeramente, lanzándole la almohada.
—Por cierto, creo que le gustas a Kai —dijo.
—¿Qué? —dijiste sorprendida.
—Lo vi. Cuando estábamos sentados con ChanYeol y los demás. Noté que te miraba a ti.
—¿De qué estás hablando? —reíste—. Kai es un jugador. Ama molestar a las chicas y esas cosas. Bueno, ama las chicas. A veces. Y me dijo que no le gustan las bajas con copa A.
—¿Te dijo eso? —preguntó riendo.
—Sí, así que ahí tienes.
—Nunca sabes —se encogió de hombros—. Dime, ¿todos los chicos en tu nueva escuela son así de guapos?
—Mhh… no —contestaste, al recordar a Lee HeeJun y su banda de diablillos—. Pero hay un montón de gente bella.
—Mierda. Lo que daría por transferirme a MA ahora mismo —suspiró—. Hey, JooRi ah, nunca me dijiste porque te cambiaste tan repentinamente de escuela. Estaba muy sorprendida, ya sabes.
—También lo estaba. No esperaba que podría ir ahí —le dijiste honestamente.
—Estaba preocupada. Seguía pensando en la última vez que ocurrió —dijo. Le diste una sonrisa al recordar, y también evocaste la memoria—. Y como entonces te extraño mucho. Se siente extraño, partir después de tantos años. Pero por otra parte, estoy feliz también. ¿Recuerdas como esos chicos de la escuela solían llamarte la nerd sin cerebro? Bueno, les hiciste comer las palabras cuando supieron que te habían transferido a MA. Tendrías que haber visto sus rostros. —Ella rió—. Espera a que les muestre las fotos —dijo, volviendo a ver las imágenes que había sacado durante la cena—. ¡Haré que babeen!
—Estás loca —Reíste.
—En serio, estoy feliz de que finalmente hayas hecho tantos amigos. No pude hacer que conocieras gente nueva. Tuve que arrastrarte conmigo a los eventos y reuniones para que hicieras nuevos amigos, de los cuales siempre te ibas más temprano o nunca llegabas. Pero viéndote ahora. Haciendo amigos por tu cuenta. Y noté que tu sonrisa es diferente.
—¿Cómo diferente?
—Solo… diferente. Como si te vieras realmente feliz.
—¿Me veía infeliz antes? —reíste.
—No infeliz. Más pasiva. Como, sí, te ves bien, tu sonrisa y carcajadas estaban bien, pero solo no te veías… como decirlo, ¿completa? Como si supieses que el cielo sigue siendo el cielo pero solo es diferente sin estrellas. Al verte ra como si supieses que algo habías perdido. Pero ya no te ves así.
Pensaste sobre eso. —¿En serio cambié tanto?
—Sí, definitivamente. Pero es un buen cambio —sonrió HyeBin. Le devolviste la sonrisa.
Supongo… quizá encontré mis estrellas.